Canela fina
Manifestación en torno a La Moncloa
«La anunciada Ley de Amnistía no pretende arreglar la situación de Cataluña sino proporcionar los 7 votos que necesita Sánchez»
-Sólo nos queda la calle -explicó en una tertulia de sobremesa un destacado político popular-. Lo de Barcelona ha constituido un gran éxito. Ahora hay que preparar una manifestación en Madrid y que un millón de personas clamen contra esa amnistía a cambio de un plato de votos.
- ¿Se trataría entonces de una manifestación multitudinaria?
-Debemos movilizar a un millón de personas unos días antes de la sesión de investidura.
- ¿Y en dónde sería, en la Castellana?
- No, en torno al palacio de la Moncloa. La circulación en Madrid se mantendrá normal y sólo quedarían cegados los accesos a la carretera de La Coruña.
- Y en el entorno del palacio ¿no se producirían violencias?
- En absoluto. No se trata de tomar el palacio. Quedaría cercado durante una hora para hacer comprender a Pedro Sánchez que sólo le queda un camino constitucional: convocar elecciones para el 14 de enero, especificando en su programa la camelancia jurídica que proyecta para aprobar una Ley de Amnistía que desnudará al Tribunal Supremo al considerar que los autores del golpe de Estado, con Puigdemont a la cabeza, no cometieron delito.
- ¿No tiene demasiados riesgos lo que propones?
- Los tiene, pero se trata de salvar el orden social y jurídico y también nuestra democracia.
Cada día que pasa son más las ciudadanas, más los ciudadanos, que después del éxito en Barcelona creen adecuado rodear el palacio de la Moncloa con una manifestación disuasoria.
El exmagistrado del Tribunal Constitucional, Jorge Rodríguez-Zapata ha declarado: «No es amnistía para arreglar Cataluña, sino para sacar 7 votos que necesita Sánchez». Y Juan Luis Cebrián, que desde la independencia periodística siempre apoyó a Felipe González, ha escrito en El País: «Una amnistía rindiendo pleitesía a un delincuente fugado con el solo fin de colmar las aspiraciones personales de un derrotado en las urnas sería una renuncia a los valores éticos y democráticos del socialismo».
Pedro Sánchez ha llevado las cosas demasiado lejos. No puede pactar el Gobierno de España con un prófugo de la Justicia. No se debe hacer una ley afirmando que no se produjo el delito de golpe de Estado sobre el que, tras un proceso riguroso y ejemplar, sentenció el Tribunal Supremo. La democracia está en juego. Y tanto la izquierda responsable como la derecha moderada están dispuestas a combatir la tropelía y terminar con el despropósito.
Luis María Anson,de la Real Academia Española
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