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«De Bellum luce»

¿Mazón y Abascal se entienden?

En el PP valenciano hay quienes te dicen, con sarcasmo, que preguntemos a Mazón por qué no hay un plan B al de que él continúe sentado en el sillón de la Presidencia

Carlos Mazón y Santiago Abascal se han llevado bien, y se dice de ellos que son amigos. Es una relación que les viene de cuando tiraron hacia adelante con la negociación del pacto de investidura del primero como presidente de la Generalitat. Lo hicieron a toda prisa y sin dar cuentas a nadie de aquello en lo que andaban por interés mutuo. El valenciano no quería perder ni un minuto en asegurarse el mando de la Generalitat y al líder de Vox le quemaba en las manos la posibilidad de quebrar las posibilidades que tenía en aquel momento Alberto Núñez Feijóo de llegar al Palacio de La Moncloa.

En el PP valenciano hay quienes te dicen, con sarcasmo, que preguntemos a Mazón por qué no hay un plan B al de que él continúe sentado en el sillón de la Presidencia. Vamos, que lo que insinúan es que el problema no es que no lo haya, sino que realmente él no está dispuesto a aceptar que se le eche del cargo que ostenta, por razones políticas y hasta incluso de defensa frente a posibles responsabilidades penales. Porque si quisiera, supuestamente tiene mano para negociar con Vox y buscar ese plan B que permitiese a Feijóo liberarse de su carga.

En resumen, de lo que le responsabilizan en clave orgánica es de hacer pinza con Vox para protegerse a sí mismo a costa de beneficiar a Abascal. Vox es, sin duda, el principal interesado en mantener el statu quo de este marco actual en la Comunidad Valenciana: ellos no dejan de mejorar mientras su rival en la derecha avanza a la baja. Mazón está en la supervivencia y hoy puede encontrar más aliados para ese objetivo en Vox que en su propio partido.

Si esto es cierto, es lógico que en la dirección nacional digan que es tontería intentar llegar a un acuerdo con Vox para salir de la emboscada en la que se han metido con la gestión de la DANA porque todo pasa por la mano del presidente valenciano y de sus amigos «trumpistas». Y a ver si es que al final tiene razón el veterano ministro que no se cansa de decir que Mazón es «el pecado original» de esta Legislatura. Al menos para el PP. Por cierto, ahí anda peleando por convencer a los de Madrid de que necesita un poco más de tiempo para sacar partido del plan de reconstrucción. El proyecto es muy bueno, completo y abierto al consenso, pero no se hará efectivo de un día para otro y necesita que lo lidere alguien con credibilidad.