La situación

Mazón, ¿y quién más?

«Otras responsabilidades (que existen, y no son menores) se diluyen en el magma informativo centrado únicamente en Mazón»

En 1986, el presidente Felipe González hizo algo que hoy es tan común, que apenas se tiene en cuenta: hacer lo contrario de lo que se promete. En la campaña electoral, González propuso convocar un referéndum para sacar a España de la OTAN. Pero al llegar al poder, convocó el referéndum para que España se mantuviera en la OTAN. Manuel Fraga, que era el líder de la oposición, lanzó entonces la cáustica acusación de que el Gobierno «solo acierta cuando rectifica».

Carlos Mazón ha acertado al rectificar. Negarse a dimitir durante un año ha sido un error, unido a la cadena de errores, con efectos catastróficos, cometidos el día de la dana. Mazón justificó su dimisión diciendo que «no puedo más». Ese reconocimiento es una demostración más del desatinado –y peligrosísimo– concepto que Pedro Sánchez ha instalado en España, consistente en que la obligación del político es resistir contra todo y contra todos, le cueste lo que le cueste a ese político, y le cueste lo que le cueste al país.

Pero, aunque tarde y mal, Mazón ha hecho lo correcto. Y es aún más correcto ante la evidencia de que otros que también debieron dimitir, no lo hacen. Moncloa les ha ordenado resistir, porque así todo el foco de la culpa se sitúa en Mazón, y otras responsabilidades (que existen, y no son menores) se diluyen en el magma informativo centrado únicamente en Mazón. ¿La inacción del gobierno central tendrá alguna consecuencia? ¿Lo tendrá el papel de la exvicepresidenta de Transición Ecológica? ¿O la falta de infraestructuras adecuadas y de limpieza de los barrancos? ¿O el papel (o su ausencia) de la Confederación Hidrográfica del Júcar? Ninguno de estos ámbitos, dependientes de Moncloa, tiene la misma responsabilidad que el gobierno autonómico. Pero en ningún artículo de la Constitución se dice que aquello que pasa en la Comunidad Valenciana es responsabilidad exclusiva de la Comunidad Valenciana. Si fuese así, podríamos ahorrarnos los gastos inmensos que supone mantener en pie la Administración General del Estado.

Carlos Mazón ha adoptado una decisión tardía, pero correcta. Acertó al rectificar. No esperen que nadie más lo haga.

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