Canela fina
Menos tanques y más negociadores por la paz
«El Papa Francisco ha demostrado lo que hay que hacer: enviar diplomáticos expertos que negocien la paz»
–Señor Zelenski, como nuevo presidente europeo, en representación de España, le anuncio que no le voy a enviar más tanques Leopard sino los mejores diplomáticos españoles para que contribuyan a negociar la paz con Rusia.
Son muchas las europeas, muchos los europeos, que esperaban de Pedro Sánchez estas palabras ante el presidente ucraniano Volodímir Zelenski. El líder socialista ha demostrado valor personal y sentido de la realidad al viajar a Ucrania como primer paso de la presidencia española de la Unión Europea. Se ha equivocado, sin embargo, en el mensaje. Ha prometido a Zelenski el envío de cuatro tanques Leopard más, amén de una copiosa cantidad de dinero. La guerra en aquel país devastado se prolonga desde hace dieciséis meses y amenaza con extenderse, derivando en una conflagración mundial. Henry Kissinger, desde su serena ancianidad, así lo ha advertido.
Está claro que Rusia cometió una atrocidad al invadir Ucrania creyendo que sometería a aquella nación en pocas semanas, tal y como hizo con Crimea. Está claro también que la reacción de la OTAN fue la adecuada: ayudar con armas y dinero a Zelenski para abortar la brutalidad rusa. Pero han pasado dieciséis meses y el riesgo de que la guerra ucraniana se extienda y derive en una conflagración general resulta cada día mayor. Muchas de las personas, sobre todo actrices y actores, que conocen a Zelenski coinciden al calificarlo: «Es un pozo de vanidad y está encantado con el papel de protagonista internacional que el teatro de la guerra le otorga». Sólo hace unas semanas que reproduje aquí las palabras de un analista sagaz que se encuentra entre las personas que mejor conocen a Zelenski: «Está dispuesto a desencadenar una guerra mundial antes que perder su guerra de Ucrania».
El Papa Francisco y el presidente brasileño Lula da Silva tienen razón. De lo que se trata es de enviar al país agriamente vejado, diplomáticos expertos que abran un periodo negociador para liquidar la guerra. Una guerra que amenaza con fracturar la paz universal y que ha generado ya una insufrible crisis económica, perdidos los horizontes del progreso entre el rugir de los misiles, el estruendo de los drones y el estallido de vanidad de un dirigente hostil a sentarse a la mesa de la paz.
Luis María Anson,de la Real Academia Española
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