Y volvieron cantando

Moción «instrumental»

Desde las filas de Podemos ya fuera del gobierno y de la propia ERC existe un muy poco disimulado interés por sacar a relucir el espantajo de un supuesto apoyo de Junts al PP

Andan algo desatados en este arranque de periodo de sesiones algunos diputados de nuestra izquierda radical vendiendo por cada esquina y allá donde les quieren oír la especie de una posible operación metida aún en el horno para desalojar a Sánchez de La Moncloa vía moción de censura «instrumental», ya saben, de esas que no existen y si existieran no se cumplirían, es decir, las que tras un resultado satisfactorio para el candidato conllevan a continuación la convocatoria inmediata de elecciones generales y consiguientemente nuevo reparto de cartas. En fin, lo que recordarán prometió y no hizo hace seis años el propio Sánchez tras desalojar a Rajoy de la presidencia del Gobierno y comprobar de inmediato que, además del colchón, había muchas más cosas que cambiar en el palacio de La Moncloa sin necesidad de llamar a las urnas. Promesa incumplida y a correr.

Especialmente desde las filas de Podemos ya fuera del gobierno y de la propia Esquerra Republicana de Cataluña existe un muy poco disimulado interés por sacar a relucir el espantajo de un supuesto apoyo de Junts al Partido Popular –y previsiblemente a Vox– para alcanzar la suma que daría con el triunfo de una moción de censura encabezada por el supuesto candidato Núñez Feijóo. Extiende rumores que algo queda parece ser la convicción desde las filas de la Belarras y los Rufianes a la hora de vender la especie de una supuesta entente de las «derechas ibéricas» en la que Puigdemont supuestamente no se encuentra nada a disgusto flirteando con los Abascal y Feijóo. Curiosa demostración de diarrea imaginativa teniendo en cuenta que quienes se reúnen indisimuladamente en Suiza con la delegación encabezada por un prófugo de la justicia no son precisamente dirigentes del Partido Popular, sino más bien cargos convenientemente bendecidos por La Moncloa y enviados desde Ferraz en una patética demostración de sumisión de un estado que clama por nuevos presupuestos frente al independentismo más radical.

Junts hace valer sus siete escaños en Madrid ninguneando a un Pedro Sánchez al que garantizó su permanencia al frente del gobierno mientras que Illa preside la Generalitat y la amnistía aún no es efectiva, pero eso es una cosa y otra muy distinta es hacer caer a quien más réditos le ha brindado al separatismo desde que hay memoria, concesiones aparte a Puigdemont en primera persona. Mociones «instrumentales» ni en sueños.