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Tribuna

Otros veraneos (IX): Bangui

La UE, en íntima colaboración con la Misión de NN.UU. (MINUSCA) pretende llenar el hueco cultural y militar que dejó Francia, potencia colonizadora, forzada a retirar sus tropas como medida estratégica, como hizo en otros países del área.

Otros veraneos (IX): BanguiRaúl

No es la primera vez que nos adentramos en el corazón de la República Centroafricana, donde un grupo de militares de nuestro Ejército sirve, en rotaciones semestrales desde 2014, en una misión de la UE. Como Jefe de Estado Mayor de esta EUFOR, formada por militares de Rumanía, Portugal, Lituania, Polonia, Francia, España, Bosnia Herzegovina, Serbia y -curiosamente- Vietnam, al mando del general rumano Nicolae Oros, reencuentro con grata sorpresa al coronel Muñoz Cervantes.

Coincidí con él en tierras bien diferentes. Era el Agregado Militar de nuestra Embajada en Cuba y República Dominicana, cuando yo reconocía el terreno y analizaba escenarios en La Española, a fin de documentar un libro sobre su anexión a nuestra Corona en 1861, tiempos de Isabel II, que nos llevó a un sangriento enfrentamiento entre dominicanos y españoles. (1)

Con Muñoz Cervantes, trato ahora temas referidos a la República Centroafricana, cuando cubre junto a otros seis militares españoles áreas de indiscutible responsabilidad: célula de Inteligencia (TCOL. Ignacio Santana) y célula de Planes y Operaciones (TCOL. Santiago Rubio), con vistas a preparar unas élites militares capaces de poder gestionar unas Fuerzas Armadas (FACA) “modernas, eficaces, éticamente equilibradas, democráticamente responsables”. Esta seguridad se ha visto reiteradamente amenazada desde que el país alcanzó la independencia de Francia en agosto de 1960.

Reinaugurada en julio, este septiembre está previsto que inicie su primer curso la “Escuela Especial de Formación de Oficiales Activos” (ESFOA) tras reiterados y frustrados intentos de constituirla en años anteriores. La UE, en íntima colaboración con la Misión de NN.UU. (MINUSCA) pretende llenar el hueco cultural y militar que dejó Francia, potencia colonizadora, forzada a retirar sus tropas como medida estratégica, como hizo en otros países del área.

Los destacados me hablan de la tendencia a la estabilización que vive un país, algo mayor que España, habitado solo por cinco millones de personas, rico en materias primas, con fronteras con los dos Sudán, Congo, Camerún y Chad. Coincide esta estabilización con el período presidencial de Faustin Archange Touadéra elegido en 2016, que se postula para un tercer mandato este próximo diciembre.

Cuando le pregunto a Muñoz Cervantes qué ha cambiado en estos últimos años, me habla “de una evolución optimista”. “Todos los tipos de incidentes que van desde enfrentamientos con las fuerzas de defensa y seguridad del país hasta acciones contra la población civil (cobros ilegales, ataques, robos y violaciones) han disminuido considerablemente”. “Hay dos razones -añade- que explican esta caída: el mejor desempeño de sus Fuerzas Armadas (FACA) y el apoyo a iniciativas de paz a las que se ha agregado el presidente de Chad, para forzar a los grupos armados a acogerse al proceso de Desarme, Desmovilización, Reintegración y Repatriación (DDRR) puesto en marcha por el gobierno de Touadéra, con el apoyo de la UE y NN.UU. Es cierto que los períodos de inestabilidad coinciden con los postelectorales. Tras las elecciones de este diciembre se verá si la senda actual continúa o, por el contrario, vuelven a tomar las armas grupos rebeldes.

Precisamente, la endémica actitud de estos grupos de actuar por la fuerza de las armas, fue determinante para que, de la mano de Rusia, Touadéra emplease al grupo mercenario Wagner, asentado desde 2018 en Centroáfrica con cerca de 2.000 efectivos, en restablecer con las FACA, la seguridad del país.

Dejo prospectivas políticas, para centrarme en el factor humano, una vez que sitúo al contingente en Camp M´Poko, cerca del aeropuerto internacional de Bangui, antigua base logística francesa, que acoge actualmente a la mayoría de misiones internacionales.

Me hablan de Monseñor Juan José Aguirre, un cordobés obispo de Bangassou, ciudad del sudeste del país situada en la orilla del río Bomu, fronterizo con el Congo, toda una institución. Con 50 años como misionero, impulsor de incontables iniciativas sociales, resistió presiones de grupos armados, es hoy un referente histórico querido y respetado en todo Centroáfrica.

Y me detengo en otro perfil, teóricamente más sencillo, como es el de un conductor en Bangui. Porque por encima de estrategias y tácticas, está el día a día de vivir en una ciudad con un tráfico caótico, bien sazonado con frecuentes riadas. “El protocolo nos obliga a viajar mínimamente dos personas, una de ellas, armada”, cuando el Coronel destaca el importante papel del Cabo Manuel González Contreras, “persona muy trabajadora y con mucha experiencia internacional”. Natural de Jaén, ingresó en el Ejército en el 2000. Del 2002 al 2012, destinado en el Eurocuerpo en Estrasburgo; Afganistán entre 2004 y 2005; hoy destinado en Lanzarote, posee los idiomas francés e inglés”. Modelo de soldado profesional.

Debo detenerme, cuando los testimonios centroafricanos darían para otras tres crónicas.

Solo resumo: Orgullosos debemos estar de estos españoles comprometidos y sacrificados, “veraneando” en tierras lejanas.

(1) “Dominicana: la anexión frustrada (1861-1865)”. L. Alejandre. Ministerio de Defensa, 2023. (1.ª edición) Archivo General de la Nación, 2024. (2.ª edición)

Luis Alejandrees general (r). Academia de las Artes y Ciencias Militares.