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Al portador

Rumores, incendios y ridículos del verano

«Sánchez ha sido preterido en las reuniones importantes sobre Ucrania. España juega en segunda división, critica Feijóo»

Immanuel Kant (1724-1804), que dedicó toda su vida y su filosofía a responder ¿qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer? y ¿qué puedo esperar?, también escribió que «nada más bajo que lo sublime que el ridículo». Agosto avanza hacia septiembre plagado de rumores, incendios dramáticos y situaciones ridículas para algunos. Pedro Sánchez, silencioso hasta ahora en sus vacaciones en La Mareta, inquieta a partidarios y adversarios. Maquina algo para el nuevo curso, pero nadie lo tiene claro. Podría saberlo, dicen, Manuel de la Rocha, principal asesor económico del presidente, ahora el personaje con más influencia y poder en La Moncloa, incluso por encima de Diego Rubio, el jefe de gabinete del Presidente y autor de la tesis doctoral «La ética del engaño». Óscar Puente, el ministro también de los trenes, por si acaso, aprovecha los incendios que asolan Castilla y León y Andalucía –es donde primero hay elecciones autonómicas– para arremeter contra los presidentes Mañueco y Moreno. Llamó «sinvergüenza» al castellanoleonés en la red social X –antes Twitter–, pero borró el mensaje. Ironizó con el chiste de mal gusto de «En Castilla y León está calentita la cosa» y lo mantiene. Critica que Mañueco y Moreno no regresaron de inmediato al declararse los incendios, pero eso no parece que vaya con Sánchez si la catástrofe es lo que parece. El inquilino de La Moncloa, por su parte, ha sido preterido por los grandes de la Unión Europea. Primero no fue invitado a una reunión con el vicepresidente USA, ni a otra con Trump, sobre Ucrania. Eso sí, estuvo en una posterior, ya sin el inquilino de la Casa Blanca, en la que se explicó lo que se había hablado en la primera. A Sánchez empieza a pasarle factura su antiamericanismo y su afinidad con los líderes populistas de izquierda iberoamericanos. Feijóo ha dado su versión: «Estar al margen de los grandes debates, ser insolidarios con los aliados, el acercamiento a China y el apoyo a Venezuela tienen consecuencias: que España juegue en segunda división». Añaden los rumores de que el presidente tendría reservado un hotel, en el que ya ha estado otras veces, en el Pirineo para el final de sus vacaciones. Poco que objetar, pero el papelón hecho en el escenario internacional queda ahí, porque «nada cae más bajo que lo sublime que el ridículo», como apuntó Kant.