La situación

Las palomitas de Yolanda Díaz

«La noche del 28M, Podemos sabrá si aún puede aspirar a que el PSOE le regale ministerios»

En apenas cuatro días, los españoles van a adoptar decisiones muy importantes en las urnas. Todos los partidos se juegan mucho: poder municipal, poder autonómico y situarse de cara a las elecciones generales de diciembre.

Pero hay unas siglas que, en buena medida, se someten casi a una prueba de vida: Podemos. Porque, llegados a estas alturas de 2023, el juvenil, agresivo y temerario partido que surgió en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense ya no aspira a destruir la España democrática surgida del pacto constitucional del 78, sino a no ser destruido, a salvar los muebles que aún le quedan en su sede.

Podemos mantiene, con dificultad, sus constantes vitales gracias al respirador que le aporta su presencia en el Gobierno por gentileza de Pedro Sánchez. Pero esa misma gentileza se ha desviado ya hacia Yolanda Díaz, que la noche del 28 de mayo se sentará delante del televisor, mientras come palomitas, a comprobar si sus íntimos enemigos de Podemos se sostienen en Madrid o en la Comunidad Valenciana, o si, por el contrario, su camino hacia la irrelevancia se acelera al convertirse en partido extraparlamentario.

El pánico de los morados se aprecia en situaciones como la protagonizada por la ministra Irene Montero, cuando se enfrentó a una ciudadana y realizó una intensa defensa de los valores del liberalismo: que los hijos tienen derecho a heredar de sus padres y que con su dinero ella hace lo que le da la gana. Y el histerismo ha llegado al borde del paroxismo en esa desaforada campaña de carteles e insultos contra todo y contra todos, empezando por el PSOE, con quien comparte Consejo de ministros cada martes.

Es el Podemos belicoso y pendenciero de sus primeros tiempos, pero con la diferencia de que en 2015 eran nuevos y llamaban la atención, mientras que ahora son demasiado previsibles y apenas consiguen animar a su grey más fanatizada. Y ese es su principal problema: que solo con los fans es difícil alcanzar buenos resultados en las urnas.

La noche del 28M, Podemos sabrá si aún puede aspirar a que el PSOE le regale ministerios.