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La situación

El papelón de España en Bruselas

«No parece que en el Palacio de La Moncloa hayan captado el nada sutil mensaje de los socios europeos»

Después de las elecciones de 2023, se inició una larga sucesión de reuniones entre Carles Puigdemont –prófugo de la Justicia– y Santos Cerdán –hoy en la cárcel–. Pactaron la amnistía, a cambio del apoyo a Pedro Sánchez de los siete diputados que pastorea Puigdemont desde Waterloo. Y, como anexo, esos siete diputados harían presidenta del Congreso a Francia Armengol, si Sánchez llevaba a Bruselas la exigencia de que el catalán sea lengua oficial de la Unión Europea.

A menudo se ha culpado a Sánchez de defender con pasión una cosa, y después defender, con más pasión aún, la contraria. Este no es el caso. Bien lo sabe el infortunado secretario de Estado para la Unión Europea, Fernando Sampedro, a quien le ha correspondido el papelón de ir por Bruselas mendigando la exigencia de Puigdemont, a sabiendas de que sus opciones de éxito son nulas. Pero lo ha hecho hasta en siete ocasiones: septiembre de 2023, octubre de 2023, noviembre de 2023, diciembre de 2023, marzo de 2024, mayo de 2025, y julio de 2025. Cada una de esas reuniones se saldó con un fracaso. Y el más sonoro ha sido el último, cuando sus colegas le vinieron a decir, en elegantes términos diplomáticos, que allí están para ocuparse de cosas importantes, como la guerra de Ucrania, la situación en Gaza, los aranceles de Trump, el presupuesto europeo, o el aumento del gasto en defensa, y no de las reivindicaciones identitarias de un prófugo de la justicia, para que el presidente del gobierno de España se mantenga en el poder. Pero no parece que en el Palacio de La Moncloa hayan captado el nada sutil mensaje de los socios europeos.

Durante años, Pedro Sánchez se reivindicó, a veces con motivo, como un mandatario con liderazgo en Bruselas. Pero, solo en las últimas semanas, las autoridades europeas han afeado al gobierno español su actitud en la OPA, la amnistía, el funcionamiento de nuestro Estado de Derecho, le han congelado 1.100 millones de euros de fondos comunitarios, han rechazado la candidatura de Carlos Cuerpo a la presidencia del Eurogrupo, e investigan el apagón de abril. Quizá algo no va bien. Quizá.