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Tribuna

El periodismo sesgado enciende el mundo

Señores periodistas, ustedes son los portavoces de la verdad y eso es una gran responsabilidad. Y la verdad es que Israel no ha buscado esta guerra

El pasado martes 17 de octubre, los medios de comunicación volvieron a caer en la trampa de los terroristas de Hamás al difundir sin contrastar una noticia que volvió a encender la región y al mundo occidental.

«Israel bombardea el hospital Al Ahli y causa 500 muertos». Esta información llegó a través del Ministerio de Salud de Gaza dirigido por los terroristas de Hamás.

Y esta misma información es la que muchos medios de comunicación trasladaron a sus lectores, sin citar la fuente y mucho menos sin contrastar.

Nos mostraron imágenes tremendas de personas heridas o muertas en un hospital, gente horrorizada corriendo, destrucción y una rueda de prensa de un líder de Hamás rodeado de cadáveres.

Ya resulta sospechoso que a los pocos minutos de la explosión se ofrezca un número de víctimas, cuando a Israel le llevó días saber cuántos muertos cayeron en manos de Hamás tras el fatídico sábado 7 de octubre.

Pero más indignante es que se ponga en la misma balanza de credibilidad las pruebas aportadas por el Ejército de Israel tras haber realizado una primera investigación y que consistían en videos que demostraban que el cohete fue lanzado desde las proximidades del hospital hacia territorio israelí pero falló y cayó antes. Imágenes de geolocalización que mostraban que el impacto se produjo en el aparcamiento del hospital y que apenas dañó su estructura y mucho menos a las personas que allí se alojaban. E imágenes de los daños reales.

Durante varios días los medios difundieron esta guerra de versiones otorgando la misma credibilidad a un país que ofrece pruebas tras realizar una investigación que a un grupo terrorista que se aventuró a dar cifras de víctimas que conducían a una auténtica masacre.

Y cuando parece que ya está todo claro, apenas hemos visto que todo lo publicado ha sido mentira. Que no ha habido tal masacre y que los daños son muchísimo menores de lo que se apuntaba en el origen.

Esto es lo que sucede cuando se compra la versión de los terroristas: que se cuentan mentiras.

¿Nadie se ha preguntado de dónde salieron las imágenes que rápidamente se difundieron y que presuntamente eran del bombardeo a un hospital que nunca se produjo?

¿Nadie se da cuenta que los terroristas funcionan también con la propaganda?

Pero el daño está hecho. Porque fueron precisamente estas mentiras las que incendiaron las calles en varios países causando incidentes graves en Líbano y Jordania, manifestaciones en muchas ciudades y aquí en España, un incidente que pudo haber terminado muy mal en la sinagoga de Melilla, si no es por la rápida y eficaz acción de la policía.

Por eso hay que exigir máxima responsabilidad a los medios, que son los creadores de opinión, porque en situaciones tan complejas, como es tras un bombardeo, cuando la información no es clara y sospechosamente sesgada, tienen que ser más responsables que nadie. Y responsabilidad es esperar y, en todo caso, apuntar a las fuentes de la información.

Me gustaría incluir un apunte interesante como referencia a este artículo. Durante la comisión Goldston (octubre 2015), un investigador independiente ante la ONU, coronel británico Richard Kemp, declaró que el Ejercito de Defensa de Israel hace más que cualquier otro ejército en el mundo para salvaguardar a los civiles.

Sería interesante también pedir a líderes árabes que con la información contrastada intenten apagar el incendio en sus países y en occidente. Es lo que se espera de un buen líder y más los que quieren la paz.

Deberían retractarse países que tienen acuerdos de Paz con Israel y otros que están a punto de firmarlos. Esa es la valentía de un líder, admitir la verdad y que se equivocaron por no tener datos fidedignos y suficientes.

Señores periodistas, sean objetivos y digan la verdad después de haber dado informaciones no contrastadas y que ahora ya tienen. Es de todos conocido que tienen una línea a seguir de sus direcciones, pero sean objetivos y valientes e informen de la verdad.

¿Señores periodistas, por qué no escriben sobre los secuestrados por Hamás y reclaman su liberación? También ellos tienen derechos humanos. Y hasta el momento ni una sola organización humanitaria internacional ha tenido acceso a ellos.

Señores periodistas, ustedes son los portavoces de la verdad y eso es una gran responsabilidad. Y la verdad es que Israel no ha buscado esta guerra. Que Israel está luchando con una organización terrorista que ha cometido atroces asesinatos, que tiene subyugado a su pueblo, que no permite libertad para las mujeres, ni para el colectivo LGTBI, que roba la infancia de sus niños enseñándoles la doctrina del odio y que la lucha contra Hamás es la lucha por la liberación de los valores occidentales, de la democracia y del pueblo palestino. Por favor, háganlo saber alto y claro.