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Top Mantra

Pre/okupación

Quienes defienden que «no hay problemas de okupación», bien podrían hacer un pequeño experimento: entrar en cualquier plataforma online de venta de inmuebles y repasar los anuncios

Algunos repiten altisonantes el mantra oficial de que «la okupación es mínima, e insignificante el porcentaje de okupas». Pero la okupación es hoy «legal», pues los prebostes legisladores así lo han dispuesto, estableciendo que okupar una vivienda ajena es perfectamente legítimo y que la ley debe proteger al okupa, no al «codicioso» propietario. Quienes defienden que «no hay problemas de okupación», bien podrían hacer un pequeño experimento: entrar en cualquier plataforma online de venta de inmuebles y repasar los anuncios. Ahí verán el número increíble de viviendas publicadas como «okupadas», con expresiones como las siguientes, que deberían recogerse en un futuro diccionario de frases hechas terroríficas: «Okupada por persona sin justo título», «vivienda en alquiler fallido», «inmueble con incidencias», «este inmueble no es propiedad del publicante», «solo para inversores», «se vende sin la desokupación incluida», «okupada ilegalmente» (ahí se equivocan los anunciantes: porque la okupación, como decimos, es ahora legal), «la casa no se puede financiar ni admite hipotecas», «el activo no es apto para compradores que requieran financiación hipotecaria», «las fotografías del interior y las características del inmueble pueden no ajustarse al estado actual», «por su situación no es posible hacer una visita», «inmueble para inversores o vecinos que conozcan el activo», «con inquilinos, imposible la visita», «okupado por terceros y sin los suministros debidamente contratados», «¡No se puede visitar, no se puede visitar!» (escrito exclamativamente, cual Rubiales cuando aquello de: «¡No voy a dimitir, no voy a dimitir!...»); «casa sin posesión y sin acceso al interior», «la situación posesoria será asumida por el interesado comprador», «debido al estado okupacional del activo no se programan visitas»… etc. A quien haga este sencillo ejercicio, se le pondrán los pelos como viguetas de techo por la impresión. Si este número apabullante de viviendas okupadas es «un porcentaje insignificante» de okupación, que venga Santo Tomás y diga: «Si no viene en sus manos la llave de la entrada a la propiedad, y la cogiere yo con mis dedos metiéndola en la cerradura, y se abriere la puerta correctamente…, ¡no creeré!» (San Juan Reload, 20:24-29).