Presupuestos y engaños positivos

Diego Rubio, el nuevo jefe de gabinete de Pedro Sánchez, defiende en su tesis doctoral «La ética del engaño» que «el engaño forma parte de muchas formas positivas de la vida social» (sic). El Gobierno está embarcado en la aventura incierta de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2025. Necesita, porque los demás apoyos ya los tiene apalabrados –pagos incluidos– los votos de Junts y Puigdemont, que a estas alturas pensaba estar amnistiado, se resiste. No está claro si al final, y con una factura descomunal que pagarían todos los españoles –catalanes incluidos– cederá. Eso sí, ocurra lo que ocurra, tampoco dejará caer al Gobierno. El presidente quiere aprobar los Presupuestos a toda costa por un prurito de imagen política, interna y externa. Sánchez ha demostrado que puede gobernar –o parecerlo– con Presupuestos prorrogados sin problemas.

Los Presupuestos, aunque nadie discute su importancia, también están mitificados. En España, un Presupuesto prorrogado permite ampliar el gasto todo lo que sea necesario. Tampoco son imprescindibles para acceder a los tan deseados y alabados Fondos Europeos. Un simple Decreto-Ley, que salió adelante gracias a la abstención de Vox, permite al Gobierno disponer de ellos a su antojo. Por otra parte, la vice y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, insiste en que sin Presupuestos las Comunidades Autónomas se quedarán sin 12.000 millones adicionales que les han prometido y que, claro, la culpa no la tendrá ni tan siquiera Puigdemont, sino el PP de Feijóo. Tampoco es cierto.

Los auténticos expertos en Presupuestos –y no hay tantos– explican que esas cantidades también se podrían habilitar con un crédito extraordinario que no tendría problemas parlamentarios para salir adelante. Es decir, son posibles unos Presupuestos «creativos» sin Presupuestos, y sin utilizar argumentos engañosos. Los Presupuestos, a pesar de todo, son fundamentales para la economía de un país, aunque hay quiénes, incluso desde la izquierda jacobina, ven ventajas en la prórroga. Ahorraría nuevas cesiones económicas –y de todo tipo– a unos y otros socios, más gasto en definitiva. «El engaño jugó un papel importante en la configuración de la modernidad» escribe también en su tesis el asesor de Sánchez, Diego Rubio.