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Aunque moleste

Propagando el bulo lapa

Están creando el ambiente para justificar la purga dentro de la UCO

Cierto que «una mentira mil veces repetida puede acabar convirtiéndose en verdad». Esta famosa expresión, atribuida a Goebbels, cerebro de la propaganda nazi, debe de ser el único motivo que justifica el empecinamiento de ciertos ministros del Gobierno en no reconocer públicamente que mintieron el otro día al atribuir a un exmiembro de la UCO un falso intento de atentar con bomba lapa contra el presidente del Gobierno.

Sobre el fondo de la «inventada» se ha escrito tanto que no merece la pena reiterarlo, pero llama la atención la estrategia que la propalación de semejante bulo-sonda pone de manifiesto, en nada diferente a lo que pretendía Goebbels con su política de difundir calumnias, teniendo en cuenta que de ellas siempre algo queda.

Al jefe de la propaganda del Partido Nazi se le atribuyó cierto trastorno narcisista de la personalidad, como justificación a su obsesión enfermiza por difamar con mentiras. Dado que controlaba férreamente la Prensa y la Radio con una política de consignas y censura apabullantes, los mensajes calaban de tal manera que muchas de las falacias difundidas terminaban pareciendo realidad a millones de alemanes.

No es el caso de nuestros ministros, dado que el resultado de esparcir el bulo-lapa de la UCO ha sido el ridículo. Aunque sí, cuando se calumnia, algo siempre queda. Por fortuna, en una democracia como la nuestra, a quien abusa de la mentira se le acaba más temprano que tarde descubriendo. Si bien es verdad que a determinada población le quedará como recuerdo algo verdadero que en realidad es falso, pues ni tan siquiera ha sido rectificado. Dejando que fluya la duda, se mantiene también en circulación el bulo de manera subliminal.

Dicho lo cual, lo que se pone de manifiesto es la intención descarnada de someter a la UCO de la Guardia Civil a una presión infame para justificar una medida quirúrgica contra sus mandos principales. Amén de expandir basura para que parezca que lo de las cloacas no es sólo cosa de la fontanera socialista Leire Díez, sino de todo el mundo en general, incluida la UCO. Creado el ambiente adecuado, parte de la opinión pública entenderá que se releve a la cúpula de esta Unidad, que tantos quebraderos de cabeza está generando a Pedro Sánchez con las investigaciones sobre su esposa, su hermano y su fiscal general.

Y si para hacerlo hay que llevarse por delante al máximo responsable de Interior, el incombustible Marlaska, se hace y listo. A Sánchez no le tiembla el pulso a la hora de destituir ministros, por muy de su confianza que parezcan. Ahí tenemos los casos de Ábalos, Carmen Calvo o Julián Campo. Sobre Marlaska se empiezan a deslizar opiniones más que negativas en los medios afines a Ferraz, al responsabilizarle de no haber sabido controlar a la Guardia Civil. Destituyendo a Marlaska, estará más que justificada también la destitución de la cúpula de la UCO, que es lo que buscan en La Moncloa desde hace meses.

No sabemos muy bien si la porquería que estos días circula sobre la UCO es fruto o no del trabajo de la famosa «fontanera». Lo que sí sabemos es que Leire Díez presumía de su gestión al frente del voto por correo, en Correos. Miedo no; lo siguiente.