Letras líquidas
A propósito de la prostitución
El periodismo mostrando la realidad en una bandeja. Como si los espectadores de esta trama nos hubiéramos infiltrado, igual que Steinem hace décadas, pero esta vez, descubriendo la prostitución no a través de quien la ejerce, sino desde el otro ángulo
En 1963 Gloria Steinem publicó su «Cuento de la conejita» («A Bunny´s tale») en la revista «Show Magazine». A lo largo de varias entregas relató su experiencia como infiltrada en uno de los clubes de Play Boy en Nueva York: se hizo pasar por una de las «chicas» y narró con todo lujo de detalle las pruebas médicas previas para un trabajo de «camarera», las exigencias físicas, los turnos interminables, la deshumanización a la que se las sometía. Y lo hizo de la mejor forma que sabe hacer el periodismo: describiendo y contando. Como poniendo la realidad en una bandeja. La escritora y periodista estadounidense no necesitó explicar nada más: su conocido compromiso con el feminismo y los derechos de las mujeres, icono de la igualdad (Premio Princesa de Asturias en 2021), aportó luz sobre lugares que permanecían a oscuras. Mostró los hechos y dejó a los lectores las conclusiones.
Y desde aquellos lejanos sesenta, ya del siglo pasado, hasta hoy, podemos decir que los espacios de sombra siguen siendo los más adecuados para esconder las irregularidades, las ilegalidades o los delitos. De todo tipo. Incluida la prostitución, cómodamente agazapada en esa negrura desde el inicio de los tiempos. La opacidad es tal que saber exactamente de qué se habla cuando se habla de prostitución resulta complejo. Y difícil de cuantificar. El Ministerio de Igualdad hizo público un informe a finales de 2024 («Trata, explotación sexual y prostitución de mujeres, una aproximación cuantitativa») en el que se estima que hay 114.576 mujeres prostituidas en España. De ellas, en un primer análisis se concluyó que el 90 por ciento se encontraba en riesgo de explotación sexual, aunque más tarde se matizó y se redujo esta cifra. El estudio se limita a examinar a partir de anuncios o webs, todo aquello que se publicita y se hace explícito, pero la vida sigue muchos caminos y no es solo lo que sucede en redes y plataformas. Las dudas que envuelven al negocio continúan y complican su abordaje, pero ese desconocimiento no puede justificar la intermitencia legislativa ni ahora la conveniencia del PSOE de rescatar la norma contra el proxenetismo.
Las conversaciones entre Ábalos y sus acólitos sobre prostitutas, en un descarnado mercadeo, o las apariciones surrealistas en registros policiales han mostrado una parte de lo que existe. El periodismo mostrando la realidad en una bandeja. Como si los espectadores de esta trama nos hubiéramos infiltrado, igual que Steinem hace décadas, pero esta vez, descubriendo la prostitución no a través de quien la ejerce, sino desde el otro ángulo.