Sin Perdón

¿A quién creer: Sánchez o Puigdemont?

«El problema es que el candidato socialista y su corte de palmeros han aclarado que no miente, sino que cambia de opinión»

La vida está llena de interrogantes. Es una de las características más acusadas del ser humano desde el principio de los tiempos. En circunstancias normales siempre creería antes a Sánchez que a Puigdemont. El problema es que el candidato socialista y su corte de palmeros han aclarado que no miente, sino que cambia de opinión. No voy a ironizar sobre la profundidad del pensamiento sanchista, aunque haría las delicias de cualquier filósofo consagrado. No me refiero, por supuesto, a Elizabeth Duval que con 22 años se presenta como filósofa, novelista, poeta, escritora y crítica. Lo siento por mi admirado Manuel Cruz, que solo es catedrático de Filosofía Moderna y autor de decenas de libros y artículos. Es comprensible que Yolanda Díaz la haya fichado como portavoz de feminismo, igualdad y libertades LGTBI+ de Sumar. La verdad es que me parece poco cargo para semejante portento. En pocos años eclipsará a Kant, Aristóteles, Platón, Sócrates, Legaz… El sanchismo es más complejo y la interpretación de la verdad y la mentira es algo meramente instrumental. Puigdemont asegura que enviados socialistas, aclaremos que lo dice en plural, le ofrecieron el indulto. No hay razones para dudarlo, ya que es lo que hizo con los condenados por el Supremo.

Lo mejor ha sido escuchar a Raquel Sánchez desmintiendo al autotitulado presidente del Consejo de la República. Hace méritos. Tras enterarme de que Sánchez la nombró ministra tras escucharla en un mitin ha conseguido despertar mi interés. Este pintoresco criterio de selección no tiene parangón en la política galáctica. Ahora sabemos que un mitin es una oportunidad para ser ministro. La trayectoria académica y profesional es intrascendente. Es el criterio que utilizó con Alegría y Morant, porque no se conoce ningún mérito especial para que la primera sea ministra de Educación y Formación Profesional y la otra de Ciencia e Innovación. Al menos, todas ellas son fieles sanchistas. Por tanto, Puigdemont puede estar tranquilo, porque si gobierna Sánchez será indultado. Y si lo pide le pondrá en La Moncloa una estatua ecuestre montado encima del coche que utilizó para huir de España metido en el maletero.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)