Big data

La repetición electoral nunca ha convencido a los españoles

El 61% de los encuestados opina que debe gobernar la lista más votada en las autonómicas

En mayo de 2019, tras conocerse los resultados de las elecciones generales de abril en el que ningún partido obtuvo la mayoría absoluta, y en el que el partido más respaldado por los sufragios obtuvo tan solo el 28,7% de los votos, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) preguntó a los españoles sobre lo qué pensaban que habría que hacer.

Entonces, el 45,2% respondió que debería hacerse una coalición de gobierno entre varios partidos, mientras que otro 38,2% opinó que debería formar ejecutivo el partido que había obtenido más votos y escaños, aunque no tuviera la mayoría suficiente en el Parlamento. Únicamente el 5,5% proponía que deberían repetirse las elecciones para ver si algún partido lograba el número de escaños que le permitiera no depender de ninguna otra fuerza política.

Al 45,2% que en la pregunta anterior se decantaban por una coalición de gobierno, teniendo en cuenta los resultados de las elecciones generales del 28 de abril, al 15,4% le gustó que se hiciera un Gobierno del PSOE y Unidas Podemos con apoyo de formaciones nacionalistas no independentistas, con las abstenciones necesarias para poder garantizarse el poder y la estabilidad. Seguidos por el 11,1% que propugnaba un gabinete del PSOE y Ciudadanos.

En la repetición de las elecciones generales de noviembre de 2019, la suma de PSOE y Unidas Podemos obtuvo 10 escaños menos que en la cita con las urnas del mes de abril. La repetición electoral resultó entonces ser un muy mal negocio para los interesados.

La precipitación hizo que Sánchez tomará la misma noche de los comicios la decisión de formar gobierno de coalición con los podemitas de Pablo Iglesias e Irene Montero. El estudio del CIS de diciembre no volvió a preguntar por las coaliciones muy probablemente por el temor a una desautorización demoscópica. El jefe había tomado una decisión en caliente con los resultados todavía calientes y esa precipitación acabaría desgastando a ambos socios, como se ha podido comprobar en la legislatura.

A tan solo dos meses de las elecciones de noviembre Sánchez nos obsequiaba con frases que han quedado para la historia;

«Yo hoy podría ser presidente del Gobierno si hubiera aceptado las imposiciones del señor Iglesias», refiriéndose al fracaso de las negociaciones con UP, que imposibilitó su investidura como presidente y que le llevó a convocar a los españoles a un nuevo sufragio. Sánchez decía no podría aceptar una coalición que supondría tener «dos gobiernos en uno». Y siguió con aquello de que «no dormiría tranquilo por las noche si fuera presidente con ministros de UP».

El líder socialista reflexionaba en voz alta: «¿Merece la pena tener un gobierno condenado a fracasar y vernos abocados a elecciones en cinco o seis meses?» «Yo hoy podría ser presidente del Gobierno si hubiera aceptado las imposiciones del señor Iglesias», insistió.

Todo esto se lo tragó en 48 horas, las que median entre el 10 de noviembre y el acuerdo firmado con Iglesias el martes día 12, aceptando ahora sí todas las condiciones que le dictaba UP y cuyo rechazo en el verano provocó la repetición electoral. Nacía así el primer gobierno nacional de coalición que hemos sufrido casi cuatro largos años.

En la encuesta de NC Report para LA RAZÓN de 1 de mayo pasado, el 61,2% opinaba que debería gobernar la lista más votada en las autonómicas. Y el 54,4% de los votantes de PSOE y PP eran partidarios de acuerdos entre los dos grandes partidos para no ceder al chantaje de los minoritarios.