A pesar del...

Rey en Italia

La erosión de las instituciones internacionales, cuya existencia es patente, también tiene entre sus causas el antiliberalismo

El discurso de Felipe VI en la sesión conjunta de la Cámara de Diputados y del Senado de la República Italiana, celebrada el pasado 11 de diciembre, tuvo momentos cuya importancia ha sido poco apreciada, cuando no ignorada.

La frase más citada fue la siguiente: “Somos dos países con memoria, con una clara conciencia del pasado –en particular del que no puede ni debe repetirse, ni siquiera como caricatura– y vemos con lógica inquietud cómo muchos tratados, instituciones y foros multilaterales sufren una erosión acelerada”.

Estas palabras fueron generalmente interpretadas como advertencia contra el fascismo mirando al pasado, lo que sin duda es plausible, pero a mi juicio cabe extenderla hasta el presente. Hemos visto en tiempos recientes, en efecto, un inquietante renacer de viejas nociones fascistas como el control de los precios, en particular de los alimentos y los alquileres, o el proteccionismo arancelario, o la defensa de lo público, no solamente de los servicios sino también de las empresas públicas, todo lo cual forma parte del fascismo desde sus orígenes. No por nada fue el propio Mussolini el que ordenó: “tutto nello Stato”.

Asimismo, la erosión de las instituciones internacionales, cuya existencia es patente, también tiene entre sus causas el antiliberalismo, hegemónico en tales foros, pero que provoca un creciente alejamiento, rechazo y desapego por parte de los ciudadanos.

Otras menciones relevantes por parte de Su Majestad el Rey fueron a propósito del “enorme potencial” de África, algo no siempre advertido por quienes reducen nuestro continente vecino solo a la pobreza, las dictaduras y las guerras; y la “clara vocación latinoamericana” que compartimos italianos y españoles.

Por fin, me produjo una doble satisfacción que Don Felipe citara Los novios, la famosa novela que Alessandro Manzoni publicó hace casi dos siglos, en 1827.

Por un lado, porque se trata de un autor de profundas convicciones religiosas y liberales, ideas que muchos creen de imposible convivencia –analicé el tema hace unos años en Expansión: aquí: https://bit.ly/4iJ06Zh y aquí: https://bit.ly/4gFHB6r.

Por otro lado, don Felipe quiso transmitir a través de Manzoni la relevancia de lo que llaman en Italia “buon senso” y en España “sentido común”. Y el consejo de su libro es de notoria validez en nuestros días, porque el gran escritor italiano recomendó progresar juiciosamente: “avanti, con giudizio”.