Tribuna

Rusia y Ucrania, guerra y política

El conflicto bélico presente, que en su actual dimensión dura ya más de un año, tuvo su precedente en los Acuerdos de Minsk celebrados en los años 2014 y 2015

En lo político y constitucional, Ucrania se rige por un sistema semipresidencial y división de poderes. Ha ratificado los principales tratados en materia de Derechos Humanos, entre ellos el Convenio del Consejo de Europa. La Federación Rusa es una República semiparlamentaria formada por 85 entes federales, con un sistema semipresidencialista, con división de poderes y sistema multipartidista, siendo también parte del convenio de Derechos Humanos de 1950. Ambos sistemas constitucionales, al menos desde el plano teórico, no son cuestionables en absoluto.

Desde la historia los Estados son vecinos, siendo antecedente de la Gran Rus el Ducado de Kiev en el siglo XI, siendo de Polonia gran parte del actual territorio de Ucrania, incluso del Imperio Austro-Húngaro. Entre 5 y 8 millones de ucranianos fallecieron, por ser con Bielorrusia las zonas de la antigua URSS más afectadas por la ocupación de las tropas alemanas durante la 2ª Guerra Mundial, habiendo sido reclutadas determinadas unidades militares de apoyo a las tropas alemanas entre los ucranianos. Además de considerarse el granero del mundo, Ucrania tiene considerables riquezas carboníferas, energéticas y nucleares, desde la antigua Chernóbil soviética hasta la central de Zaporiya ubicada cerca de una de las zonas de combates, con los riesgos derivados y la inspección permanente de la Organización de la Energía Atómica en el marco de la ONU, siendo independiente desde 1991. Rusia tiene las mayores reservas de recursos energéticos y minerales del mundo sin explotar, siendo tenedora de máximas reservas de recursos forestales y de agua dulce líquida del mundo.

En lo tocante a la cultura, tanto literaria como musical, entre otros muchos aspectos, la historia y la fortuna han sido generosas tanto con las tierras rusas como con las de la gente de Ucrania. Desde Dostoyevski, Turguenev, Tolstoi y Gorki hasta los rusos Mandelstam nacidos en la entonces rusa Varsovia y en Ucrania, y la ucraniana Ajmátova. No digamos la extraordinaria proliferación de grandes músicos como Moussorgsky, Tchaikovsky, Glinka, Rimsky-Korsakov, Prokofiev, Shostakovich y un largo etcétera de una extraordinaria creatividad.

El conflicto bélico presente, que en su actual dimensión dura ya más de un año, tuvo su precedente en los Acuerdos de Minsk celebrados en los años 2014 y 2015, habiéndose previsto en ellos que tuviera lugar un alto el fuego tras la ocupación por milicias prorrusas de parte de la región oriental del Donbás en Ucrania, precedida de la entrada en Crimea, con una población de un 70% de origen ruso y tártaro, en la que se ubicaba ya estacionada la flota rusa en el puerto de Sebastopol desde antes. El control de dichos pactos se realizaría por la Organización de Seguridad y Cooperación Europea. Se preveía también la retirada de grupos armados ilegales y ayudas económicas para la región en cuestión. La segunda parte de dichos Acuerdos dio lugar a pactos de seguridad añadidos que fracasaron también y trajeron nuevas hostilidades intermitentes que, hasta diciembre de 2019, habían causado ya más de 15.000 muertes. Rusia ha sido objeto de sanciones internacionales por los Estados de occidente y USA en materias energéticas, pero no en todas (gas, por ejemplo), impidiéndose la exportación de las mismas. Recordemos que Rusia, al ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, cualquier medida de carácter universal estaría probablemente sujeta a su veto e imposibilidad de adopción. El desarrollo del conflicto bélico subsistente, que es de horribles consecuencias humanas para las fuerzas enfrentadas, sobre todo para la población civil, se caracteriza por un predominio de los enfrentamientos de carácter convencional, con la intervención de tropas, tanques, artillería y drones, siendo de calado menor el uso de las tácticas de la ciberguerra.

Desde el punto de vista del derecho humanitario, se ha conseguido en momentos el establecimiento de corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las ciudades y poblaciones, al modo de lo previsto en el I Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra de 1977 y en el art. 23 de la Cuarta Convención de Ginebra de 1949 (alimentos, ropa material médico y hospitalario). En ellos se ha dado preferencia a los niños y a las mujeres embarazadas, siendo temporalmente simultáneos a los altos el fuego, aún en escaso número. El desplazamiento de poblaciones desde el 24 de febrero de 2022, fecha del inicio del conflicto bélico actual, se calcula en más de 10 millones de personas, cruzando las fronteras casi 4 millones, abandonando sus hogares. La UE puso en práctica la Directiva de 2001 sobre protección temporal de refugiados.

Las relaciones internaciones de España con ambos Estados son habituales y recientes pudiendo citarse con Ucrania los Acuerdos de 2013 y de 2020 referidos, respectivamente, al libre ejercicio de actividades remuneradas por familiares dependientes del personal diplomático, consular, administrativo y técnico de ambos países, así como a cooperación en materia aduanera. Con Rusia destaca el Convenio de Seguridad Social de 1994.

José Manuel Suárez Robledanoes magistrado y profesor de Dercho Internacional.