Sin Perdón

Sánchez se inventa una ola reaccionaria

Lo que hay que aclarar es si seguirá la ola de autoritarismo democrático y sus pactos con las formaciones que odian a España.

El líder socialista es muy libre de diseñar la campaña electoral como mejor le convenga, pero me parece un despropósito arremeter contra la «ola reaccionaria» que, según su peculiar metaverso, representaría la victoria de Feijóo y sus posibles pactos con Vox. Ahora se ha inventado que son la «ultraderecha y la derecha extrema». La repetición de una mentira no la convierte en una verdad. Es tan obvio que debería saberlo. Hay que partir de la base de que sus socios son los comunistas, los antisistema, los independentistas y los filoetarras, que, como todo el mundo sabe, son formaciones moderadas y constitucionalistas. No hay nada más reaccionario que contar con el repugnante voto de Otegi y sus amigos. Por cierto, la indolencia de los dirigentes del PNV, con esa arrogancia que les caracteriza, ha permitido que Bildu haya adquirido un protagonismo que amenaza su poder en el País Vasco. No se opuso al blanqueamiento de los herederos de ETA y ahora sufre las consecuencias. Me parece lamentable que plantee un dilema tan simplón: «Los españoles tienen que aclarar si quieren un presidente del Gobierno de España del lado de Biden o de Trump. Si quieren un presidente del Gobierno de Lula o de Bolsonaro. Es urgente aclarar todo esto cuanto antes».

Lo que hay que aclarar es si seguirá la ola de autoritarismo democrático y sus pactos con unas formaciones que odian a España. No hay ningún riesgo con el regreso del PP al Gobierno. Ningún derecho constitucional está en riesgo. Otra cosa diferente es que Feijóo derogue las leyes que conforman lo que se conoce coloquialmente como el sanchismo. Los partidos tienen unos programas electorales y es lógico que los quieran aplicar cuando ganan. Entiendo que Sánchez considere que en España no ha habido más gestión de gobierno que la suya desde Atapuerca, pero la alternancia es uno de los fundamentos de una democracia. Como es normal, respeto que se quiera presentar, que culpe a los demás por el fracaso y que considere injusta la enorme derrota electoral. Lo que no existe es una «ola reaccionaria».