El trípode
Con Sánchez llegó el bloqueo político
Sánchez aplaza su pacto con EHBildu para seguir al frente del gobierno Foral en Navarra para después del 23 J, mientras el PP hace lo propio con Vox en Murcia.
Escribo este Trípode antes de presenciar el debate «cara a cara» entre Sánchez y Feijóo por comprensibles razones de cierre de la edición, por lo que su comentario habrá ocasión de hacerlo en otro momento, si procede. En todo caso, la noticia de hoy en Murcia sin un acuerdo para la investidura del vencedor de las elecciones, inspira alguna reflexión al respecto. Se pueden resumir en dos; la primera es que habiendo convertido los pactos de un bloque y los del otro en eje de campaña, todos los partidos parecen incurrir en el «y tú, más» homologando, por activa o por pasiva, el pactar con una formación plenamente constitucional como es Vox, –guste más o guste menos– a hacerlo con BILDU y ERC. Con uno, la cara política de ETA y que nunca ha condenado su actividad terrorista y el otro, con dirigentes del máximo nivel condenados por el Tribunal Supremo por su golpe contra el orden constitucional, y que tras ser indultados no se recatan en afirmar que «lo volverán a hacer».
La segunda reflexión es que habiendo caído en esa estrategia, se ven obligados a actuar en consecuencia, y así Sánchez aplaza su pacto con EHBildu para seguir al frente del gobierno Foral en Navarra para después del 23 J, mientras el PP hace lo propio con Vox en Murcia. Ambos cerrarán el acuerdo tras el 23 J, pero se sacuden ahora esas críticas que pueden espantar a respectivas franjas de votantes «centristas». Claro que no puede descartarse la eventualidad que dificulte la solución prevista: el bloqueo para la investidura del ganador ese día. Esa es una realidad en cuantas ocasiones Sánchez ha sido candidato socialista a la presidencia; la primera, tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015 donde Rajoy obtuvo 123 escaños por 89 él, y que obligó con su «No es No. ¿Qué parte del No, no ha entendido señor Rajoy?» a la primera repetición electoral desde 1978. Tras dicha repetición el 26 de junio, el PP volvió a ganar con 137 escaños mientras Sánchez se hundía todavía más hasta los 84. Ante su contumaz voluntad de seguir bloqueando la investidura del dos veces claro vencedor, su propio partido le cesó en un convulso Comité Federal. Recuperada la dirección de su partido, tuvieron que repetirse las elecciones de abril de 2019 al necesitar pactar con todos sus actuales socios en la dirección del Estado, lo que había negado aceptar. Nueva repetición en noviembre de 2019 y a las 48 horas, pacto del abrazo con Pablo Iglesias.
Y así, hasta ahora.
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