Sin Perdón

Sánchez se sacrifica otra vez

«Me sorprende, aunque ya sucedió con González, que alguien piense que podrá remontar el desastre actual»

Los españoles somos muy afortunados. Le ha costado decidirlo, meses de intensa reflexión y un país que atisbaba el riesgo de sufrir la más triste de las orfandades. Se había especulado con la posibilidad de que Sánchez no se presentara a la reelección. Había una gran inquietud en su entorno político. Los millonarios lobistas como Javier Curtichs, Pepe Blanco y José Miguel Contreras estaban inquietos, porque no podrían incrementar sus enormes fortunas. Las productoras socialistas perderían el chollo de TeleSánchez, que es el nombre con que tendrían que renombrar oficialmente a RTVE, y la izquierda mediática temía el final de la generosidad monclovita. A pesar del enorme sacrificio que significa vivir al ritmo de un maharajá, con un palacio como La Moncloa y tres residencias palaciegas a su servicio, ha decidido que se presentará a la reelección. Lo ha hablado con su familia. En este punto desconozco si se refiere a su mujer y sus hijas o incluye a su hermano, cuñados, tíos, etc. Es algo que debería aclarar. Lo de su partido suena a cachondeo, porque sus dirigentes mandan menos que mi perra Lolita y se dedican a aplaudir con gran fervor al líder.

A estas alturas no sé si hace como en la Unión Soviética y sus países satélites, donde se tenía muy en cuenta la intensidad y el tiempo de duración de los aplausos. Es fácil imaginar a Patxi López cuidándose las manos para que se note que un vasco aplaude con más fuerza que nadie. Marlaska y Morant son los mayores pelotas del régimen y solo les cabría superarse acudiendo al Consejo de Ministros con camisetas que pongan «I Love Pedro». Creo que hay un comité federal, pero realmente es la dirección de un club de fans. Por tanto, podemos tener la certeza de que la consulta a su partido se limitó al cansado ejercicio de autopreguntarse. He de reconocer que apoyo su continuidad, porque será una campaña tan divertida como interesante. En esta ocasión, además, no cabe la opción de un milagro. Es una pregunta que me hace todo el mundo. Me sorprende, aunque ya sucedió con González, que alguien piense que podrá remontar el desastre actual. Todo el mundo se declara inocente, lo sea o no, y es lógico que considere que lo son los miembros de su familia.

Francisco Marhuenda. De la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)