
Apuntes
Sánchez, hasta el sol se te ha vuelto facha
Frente al templo de Debod, te da por pensar qué va a ser de la pobre Montero si echamos al señorito
La mañana se despierta gris. Humedad en el ambiente de una noche de lluvias, frío castellano del que hiela hasta los huesos. Ecos felices del «Amor Brujo» de Falla, que la noche anterior nos regalaron Mercedes Padilla y Carmen Linares en la Casa de la Cultura de Majadahonda. A teatro lleno, la Orquesta de Cámara Villa de Madrid interpretaba la primera versión de la obra, la de 1915, con el desamor y el grito de la gitana herida por el abandono. Tres bises, y el público seguía pidiendo más. Buen sabor de boca, pues, día feo y casa cálida. Con el primer café, uno piensa en que le van a dar mucho a Feijóo, y que las manifestaciones las convoque en primavera, al solecito y los jardines en flor. Y, uf, además es el puñetero domingo del Black Friday. Estará Madrid de bote en bote, con todos los paletos cargando compras, desde Preciados a Cuatro Caminos, como si no hubiera un mañana. ¡Cómo para bajarse la carretera de La Coruña! Y a ver luego dónde dejas el coche. Total, si Sánchez no se va a ir por más manifestaciones que le hagas; si a estos tíos no los sacas ni con agua caliente, qué a ver dónde van a encontrar chollos laborales de a cien mil euros al año, los de la tropa, que los mandamases tiran muy por encima de consejo de administración y empresa pública. Y, de repente, entre el recuerdo de las notas musicales, del ronco de la Linares jurando por Satanás y Barrabás, te llega la imagen nítida de María Jesús Montero declamando que a ellos no les chantajea nadie. Sí, queridos niños, la ministra de un Gobierno que ha vendido por parcelas la legislatura, engallándose y cubriéndose con las capas de la dignidad. La ministra que no es capaz de aprobar unos Presupuestos ni, tampoco, sabe a ciencia cierta qué se va a hacer de la financiación autonómica y la singularidad fiscal de Cataluña porque depende de lo que le venga bien al señorito. La que nos cruje a impuestos mientras sus compañeros de Gabinete se gastan millonadas de dinero público en las chorradas más dispares… cargando, heroica, pero heroica a lo Agustina de Aragón, con el desgarro propio de las mujeres de la raza, contra quien fue su compañero del alma, que tira pellizcos de monja desde Soto del Real a ver si le alivian lo suyo, como ha hecho el señorito con los presos etarras que prohíja Bildu. Y, por asociación, como en el Tenorio, se te viene encima la imagen fantasmal de Óscar López, el gran valedor de Santos Cerdán, acuchillando dragones fascistas, mientras, a punto de entrar en pánico, musitas palabras de arrepentimiento, que un punto de contrición da al alma la salvación. Es un choque eléctrico. Una descarga de responsabilidad de las que erizan el cabello. Ducha, abrigo, paraguas, bufanda… consulta del horario de apertura del aparcamiento del Corte Inglés de Princesa y en cuarenta minutos, todo un récord, enfilas a pie la calle de Ventura Rodríguez camino de Rosales y el Templo de Debod. Tú y otras setenta y nueve mil personas más. Y la atmósfera se despeja, luce un sol radiante que apenas calienta, pero anima el espíritu. Y redescubres el cielo velazqueño de Madrid, sus calles limpias y ordenadas, y te sientes hermano con esos seres maravillosos de provincias que vienen de compras a la capital. Y gritas «Sánchez dimisión», aunque, en el fondo, te da cierta lástima pensar qué va a ser de la pobre de la Montero si echamos al señorito.
✕
Accede a tu cuenta para comentar



