Big data

El sentimiento de españolidad goza de muy buena salud

El 82,7% de los españoles defiende la unidad íntegra de España

El próximo jueves se celebra el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional, jornada festiva en toda España, lo que lleva a reflexionar sobre el sentimiento de españolidad de la población, en especial cuando está sobre la mesa el debate acerca de si el Gobierno cederá a las pretensiones de los independentistas que quieren aprovechar la debilidad de Pedro Sánchez para renovar su alquiler en La Moncloa.

Así, el barómetro número 3.409 realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en el pasado mes de mayo, bajo el título de Estudio sobre identidades culturales, nacionales y europeas, se pregunta a los españoles sobre lo que puede significar tener un fuerte sentimiento patriótico español y el 67,4 por ciento afirma que fortalece el papel internacional de España. Otro 60,7 por ciento manifiesta que es esencial para permanecer unidos y el 57,3 por ciento niega que produce intolerancia en la sociedad española.

Con respecto al sentimiento de ser español, tan solo el 5,9 por ciento de los ciudadanos lo rechaza, manifestando sentirse únicamente de su tierra, de su autonomía, mientras que el 89,8 por ciento se siente español, con distintas gradaciones: un 9,3 por ciento afirma sentirse únicamente español, otro 12,4 por ciento más español y menos de su autonomía, el 52,8 por ciento responde que es tan español como de su región y el 15,3 por ciento que siendo español le da mayor importancia a su origen regional.

En cuanto al orgullo de ser español, el 79,3 por ciento lo proclama abiertamente; el 42,0 por ciento mucho y el 37,3 por ciento bastante. Porcentajes que contrastan con un minoritario 6,4 por ciento que dice no sentirse nada orgulloso de su españolidad.

El debate territorial o de organización del Estado, es dominado por los que defienden el actual modelo, el 31,6 por ciento, a los que se unen los que aceptándolo, recortarían competencias, un 19,8 por ciento o las ampliarían, el18,3 por ciento. En total, representan la opinión del 69,7 por ciento de los españoles, frente a dos corrientes de opinión muy opuestas a la España de las autonomías, los que quieren volver al Estado centralizado, que es el 13,0 por ciento, o los que apoyarían un Estado en el que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes. En definitiva; los que mantendrían la unidad íntegra de España alcanzarían el 82,7 por ciento, centralistas y autonomistas como en la actualidad, o con más o menos competencias de de gestión de las comunidades autónomas. Mientras que la opción federal, confederal o, simple y llanamente, separatista, es respaldada por apenas el 13,5 por ciento de los encuestados.

Las diferencias entre los votantes del Partido Popular y del PSOE no difieren sustancialmente entre ellos; el 76,6 por ciento de los votantes populares y el 83,0 por ciento de los socialistas optarían por un modelo autonómico como en la actualidad, o con más o menos competencias. Si añadimos a estos los que quieren volver al centralismo preconstitucional, los porcentajes de los que mantendrían la unidad de España suben al 95,4 por ciento entre populares y 90,4 por ciento entre socialistas. Mientras que la media nacional se sitúa por debajo, en el 82,7 por ciento.

Los votantes del PP y del PSOE se alejan de la disolución de la nación Española. Únicamente el 7,4 por ciento del voto del PSOE y el 1,7 por ciento del Partido Popular apoyarían un Estado en el que se reconociese a las comunidades autónomas la posibilidad de convertirse en estados independientes.

Mientras que el 87,6 por ciento del voto de Junts, el 83,0 por ciento de EH Bildu o el 78,4 por ciento de ERC apuesta por la independencia. Por lo que en Ferraz deberían replantearse dar oxígeno a los separatistas.

Mientras que el PNV debería reconsiderar sus alianzas con la izquierda y secesionistas y volver al centro-derecha constitucionalista, pues únicamente el 31,1 por ciento del voto de los de Ortuzar propugna la independencia del País Vasco, frente al 37,7 por ciento que se conforma con una autonomía ampliada y el 25,4 por ciento que se siente bien con el actual Estado de las autonomías. La actual dirección política del PNV conduce al partido directamente al desastre electoral en la próxima primavera.