Tribuna
Transversalidad de Gibraltar
Que los grandes debates en la ONU sobre Gibraltar coincidieran en el tiempo con el anterior régimen, no debe inducir la engañosa relación biunívoca entre ambas realidades
Ante la falta de transparencia, el posible acuerdo sobre Gibraltar desata todo tipo de dudas y temores. Hace unos días, el ministro Albares reprochaba que la oposición planteara «propuestas de los tiempos de Matusalén».
Por otra parte, algunos políticos mal informados mantienen que la reivindicación española de Gibraltar es una herencia del franquismo, que la usó para legitimar su régimen. Esto ha permitido que políticos gibraltareños hayan hecho suyo tan falaz argumento para desacreditar a quienes legítimamente reivindican la recuperación de Gibraltar, llegando incluso a acusarlos de antidemocráticos.
Que los grandes debates en la ONU sobre Gibraltar coincidieran en el tiempo con el anterior régimen, no debe inducir la engañosa relación biunívoca entre ambas realidades. Si en aquellos tiempos hubiera existido en España otro régimen distinto, con toda probabilidad, este hubiera defendido, con igual o quién sabe si con mayor vigor, la razón española sobre Gibraltar.
Sin ningún género de dudas, la reivindicación española de Gibraltar ha sido históricamente una de las cuestiones verdaderamente nacionales, sobre las que ha habido una gran transversalidad en la sociedad española. De hecho, la disposición adicional primera del Estatuto de Autonomía de Andalucía, prevé la incorporación de Gibraltar a esa Comunidad en el caso de que en un futuro vuelva a ser de soberanía española. Además, algunos autores señalan que el artículo 144 de la Constitución está redactado para poder ser aplicado a la actual colonia británica.
Es conveniente recordar que la reivindicación española de Gibraltar resulta de una exigencia constitucional ineludible porque, según la ONU, la situación de Gibraltar atenta contra la integridad territorial de España, y la defensa de esta es una obligación inexcusable para todos los poderes públicos.
En todo caso, es una evidencia que, a lo largo de la historia, han sido numerosísimas las personalidades españolas y extranjeras, de todo signo político, que han defendido la reivindicación española de Gibraltar, dotándola así de una transversalidad que ya quisiéramos para otras cuestiones.
Resulta interesante consultar la obra de quien fuera diplomático Gil Armangué «Gibraltar y los españoles» que aborda esta cuestión, pudiendo señalarse a título de ejemplo algunas declaraciones de ilustres españoles e incluso extranjeras: Entre estos últimos, señalemos que en 1862 el estadista británico John Bright declaró que «Gibraltar fue tomado y ocupado por Inglaterra cuando no había ninguna guerra entre Inglaterra y España, por lo que fue una actuación inmoral contraria a cualquier ley o código de honor». En 1954 el autor inglés Halliday Sutherland también declaró «la ocupación de Gibraltar en 1704 representó un acto de piratería». En 1966 Arnold J. Toynbee advirtió «la injusticia que supone mantener la ocupación británica».
Entre nuestros compatriotas: Victoria Kent manifestó «He considerado que ese Peñón es español». Azorín «El mismo territorio que estoy pisando en Madrid es el territorio de Gibraltar». Gregorio Marañón «Hay un pedazo de roca española que ocupan los ingleses». Luis Araquistaín «Gibraltar es un anacronismo histórico que ofende tanto a los ingleses como a los españoles». Salvador de Madariaga «Que España quiere Gibraltar no puede ni discutirse». Ángel Gavinet «El rescate de Gibraltar debe ser una obra esencial y exclusivamente española». Justino de Azcárate «Estoy seguro que el proceso de integración [de Gibraltar] está en marcha y con mayor o menor rapidez se llegará a un final satisfactorio». Gumersindo de Azcárate «No es para nosotros Gibraltar una cuestión de interés, sino de exigencia o decoro nacional». Alejandro Lerroux «Gibraltar será nuestro el día en que sepamos y podamos hacemos fuertes». Indalecio Prieto «¿Cabe entrega [de Gibraltar] más categórica, rotunda y bochornosa? ». Joaquín Marion, marxista, dirigente de la CNT y fundador del POUM «[Inglaterra] puso su bota de hierro sobre Gibraltar». Segismundo Casado, general republicano «Gibraltar es una bofetada en pleno rostro, que constantemente ofende al orgullo nacional». Leandro Pita Romero, dirigente del Partido Radical «La secesión de ese territorio español, antes o temprano debe redimirse, porque el derecho que ampara a la unidad territorial no decae nunca». Emilio Castelar, presidente de la I República «Inglaterra tiene agravios inferidos a todo Occidente, y a España sobre todo, por detentar nuestra tierra, nuestra propiedad, el Peñón de Gibraltar». Alicio Garcitoral, diputado socialista en la II República «He insistido siempre en la recuperación de Gibraltar». Niceto Alcalá Zamora, presidente de la II República «El derecho español [sobre Gibraltar] es imprescriptible e irrenunciable, como cuestión a la vez de dignidad y de tranquilidad, por ello ni de tiempo ni siquiera de voluntad». Félix Gordon Ordaz, presidente de la II República en el exilio «Gibraltar es tierra irredenta de España».
Felipe González manifestó en su toma de posesión en 1982: «la actual situación colonial de Gibraltar atenta a la integridad del territorio nacional y menoscaba la posición internacional y estratégica de España», y puntualizó «el Gobierno mantiene el propósito de reintegrar Gibraltar al territorio nacional». No parece muy apropiado ubicar a Felipe González en los tiempos de Matusalén.
Tomás Torres Peral.Comandante de Caballería. Academia de Ciencias y Artes Militares.
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