Ciencia y Tecnología

La revolución de la materia gris

Hoy en día, a nadie se le escapa el impacto que ha supuesto la aparición y el desarrollo de Internet en todas las facetas de nuestras vidas y, por tanto, en nuestra sociedad: Ha cambiado el modo de comunicarnos, de consumir contenidos, de comprar, de relacionarnos, etc.; cambios de tal calado que, sin duda, elevan Internet al rango de revolución.

Y es que la Revolución Internet está a la altura de las grandes revoluciones de la historia que, de un modo u otro, impactaron y cambiaron la sociedad.

La Neolitización (8.000 A.C.), con la agricultura como tecnología, pone fin a la Edad de Piedra y da paso a un nuevo modo de vida: Domesticar animales y trabajar la tierra posibilita el sedentarismo y, por tanto, la aparición del orden social.

En el siglo XVIII la Revolución Industrial, gracias a la máquina de vapor, hace posible la producción en serie y la mano de obra no cualificada. Este hito trae consigo importantes consecuencias demográficas, como el éxodo rural y el crecimiento sostenido de la población, así como cambios en las estructuras económicas y sociales como el desarrollo del capitalismo y el nacimiento del proletariado.

Nunca olvidaré una deliciosa charla, hace ya más de 15 años, con un hombre sabio que vivía sus últimos momentos coincidiendo con los albores de Internet. Aquel hombre sabio me habló del gran cambio que estaba comenzando, al que bautizó como la Revolución de la Materia Gris.

Igual que lo fueron la agricultura o la máquina de vapor, Internet no es la revolución per se, sino la tecnología necesaria para que las personas con ideas brillantes cambien el mundo. Y así, gracias a estas personas, en los últimos 15 años (cifra ridícula en la historia de la humanidad) y sobre todo desde "La Web 2.0", el panorama social y empresarial ha cambiado por completo.

La aparición de los llamados nativos digitales, personas nacidas en la era digital que interactúan con la tecnología mostrando una gran comprensión de sus conceptos, ha generado brechas sociales, laborales y domésticas con los inmigrantes digitales que, al menos la mayoría de ellos, tienen una manera tan diferente de concebir la vida que resulta antagónica.

Internet ha hecho posible lo que hace más de 30 años Marshall McLuhan y Barrington Nevitt bautizaron como prosumidor: Productor + consumidor. Hoy en día las personas, y en un futuro próximo los nativos digitales, además de consumidores son productores y/o generadores de contenidos y opinión, lo que ha hecho que su relación con las marcas cambie por completo.

El prosumidor ha dado un golpe de estado y ostenta el poder, algo que, aunque parezca increíble, muchas organizaciones se empeñan en no querer ver. La Revolución de la Materia Gris obliga a evolucionar e innovar en la forma de hacer marketing y comunicación, acorde a un nuevo modelo de mercado y a un nuevo consumidor: Más tecnológico y social.

Este cambio de modelo ya es una realidad patente y serán las ideas brillantes las que hagan de él un éxito además de una revolución.