Letras líquidas
Vox y los «ya te lo dije»
La realidad hoy, con una investidura aún por sellar, demuestra lo decisivamente inútil que resultó Vox el 23J
A veces uno siente que está escribiendo la misma columna. Que lo que va a decir ya lo dijo antes y que lo que intenta reflexionar ya lo reflexionó hace tiempo. Y cuando esto ocurre, como ahora, nos entra el vértigo de pensar que nos repetimos, que nos obsesionamos con según qué temas y según qué enfoques, enrocándonos, pero también cabe otra posibilidad y es la de otorgar a la realidad un papel preponderante, casi de director de la trama, y asumir que son los hechos, tozudos, los que se reproducen y reiteran de manera cíclica. Quizá, en el asunto que hoy nos va a ocupar, estemos ante este segundo supuesto: unos comportamientos que vuelven una y otra vez y demuestran que no se trata de actitudes aisladas sino de pronunciados patrones de conducta. Desde que el multipartidismo se instaló en los parlamentos de casi todas las esquinas de España muchos pusieron en cuestión sus bondades. Otros, más allá de sentar cátedra teórica sobre el bipartidismo o una mayor fragmentación en las siglas, preferimos esperar a la práctica y confirmar «de facto» si sabíamos, o no, digerir y modular la nueva forma política de nuestro país.
Una de sus consecuencias más directas es la consolidación de un sistema de bloques estancos, que parece condenar a los mismos a pactar siempre con los mismos, como fusiones inexorables, como la de PP y Vox que se ha materializado en distintos gobiernos de coalición. Y ahí es, precisamente, donde han empezado ya a atisbarse los desencajes: la expulsión de los de Abascal del gobierno local de Gijón por la subida de tono en la batalla cultural, la ruptura de la unidad de voto en la Comunidad Valenciana a cuenta (cómo no) de la violencia de género, la dimisión de la única consejera voxista de la Junta de Extremadura o las faltas de respeto institucional de la presidenta de las Cortes de Aragón. La realidad hoy, con una investidura aún por sellar, demuestra lo decisivamente inútil que resultó Vox el 23J. Y esto nos llevaría a concluir este artículo cediendo espacio a todas las voces que suscribirían un elocuente «ya te lo dije».
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