País Vasco
¿Por qué hay en Bilbao una virgen con un vaso de vino en la mano?
Una curiosa escultura celebra el 'txikiteo' y la solidaridad en el corazón del Casco Viejo de la ciudad
Si paseas por la calle Pelota, en pleno Casco Viejo de Bilbao, seguro que no puedes evitar detenerte ante una pequeña hornacina en la fachada del edificio conocido como "La Bolsa" (palacio Yohn). Allí aparece una imagen poco habitual de la Virgen de Begoña, o "Amatxu", con un vaso de vino en la mano. Encima de una ranura donde cualquiera puede introducir monedas, esta curiosidad está llena de historia, tradición y buen humor.
La “Amatxu Txikitera”: ¿por qué hay una virgen con un vaso de vino?
Esa imagen singular fue creada en 2008 por el escultor Josu Meabe, como una versión moderna de la venerada Amatxu de Begoña que preside la basílica. En lugar de la clásica manzana, en su mano derecha sostiene un característico vaso de txikito, ese pequeño recipiente de vino con el que los bilbaínos brindan en los bares del Casco Viejo.
Bajo la imagen, la ranura forma parte de la llamada Hucha Txikitera, un emblema de generosidad nacido en los bares del norte de Bilbao en los años 50, donde se recaudaban las “perras” o céntimos sobrantes de las rondas. Con el tiempo, esa tradición dejó de hacerse en cada bar para concentrarse en este punto, donde se instaló esta escultura-hucha con fines solidarios.
Txikiteo, tradición y comunidad
El término “txikito” alude a una pequeña porción de vino, una costumbre profundamente arraigada en Bilbao, donde grupos llamados txikiteros recorren bares brindando y cantando coros tradicionales. Esta forma de socializar es casi una seña de identidad local.
Uno de los momentos más bonitos ocurre el 11 de octubre, día de la Virgen de Begoña, cuando se celebra la Txikiteroen Festa. La jornada arranca con una ofrenda floral y culmina con la famosa “Salve de los txikiteros” frente a esta hornacina, al son de txistus y coros bilbaínos.
Cada moneda depositada en la hucha tiene una finalidad clara: destinarse a causas solidarias. En los últimos años se han recaudado cifras muy significativas. Por ejemplo, en 2023 se recogieron más de 3.400 €, donados a la asociación Gorabide, que apoya a personas con discapacidad intelectual, mediante un acto simbólico sellado con un apretón de manos entre los “Custodios-Jagoleak” de la hucha.
Este gesto anual, sencillo pero profundamente emotivo, conecta tradición y comunidad; amor a la costumbre y compromiso con los demás. Marino Montero, cronista local, lo define como “santo y seña de la solidaridad bilbaína”.
Una escultura que cuenta Bilbao
La Amatxu Txikitera encarna así una fusión de religiosidad popular, cultura urbana y valores comunitarios. Para el viandante curioso, es una invitación simbólica a detenerse, asomarse a las raíces de esta tradición y decidir si participa con su “vaina” de calderilla. Pero más allá del dinero, es un símbolo que acerca el pasado al presente: celebra los vasos de txikito como vehículos de amistad, las voces colectivas al cantar bilbainadas y la generosidad municipalizada.
Si ves por Bilbao una Virgen con un vaso de vino en la mano no es una broma; es una Amatxu que brinda por Bilbao, por su historia, su comunidad y su espíritu solidario.