Actualidad

Casa Real

Dos amigas que se profesaban admiración

Desde el primer momento, la Reina Sofía tuvo en Teresa de Calcuta su inspiración, mientras que la santa elogiaba su sencillez

Teresa de Calcuta y la Reina Sofía, durante la inauguración del albergue de su orden en Madrid
Teresa de Calcuta y la Reina Sofía, durante la inauguración del albergue de su orden en Madridlarazon

Desde el primer momento, la Reina Sofía tuvo en Teresa de Calcuta su inspiración, mientras que la santa elogiaba su sencillez

La presencia de la Reina Sofía en el acto de canonización de la madre Teresa de Calcuta es la prueba culminante e irrefutable de la estrecha relación que unió a las dos mujeres en vida y de la admiración que sintieron la una por la otra, especialmente la de Doña Sofía por la religiosa entregada a ayudar a los más pobres entre los pobres. La fundadora de las Misioneras de la Caridad fue, según testimonio de la propia Doña Sofía, la persona a la que más admiró en toda su dimensión y la que más había influido y marcado toda su vida. Antes de que se conociera mundialmente la labor humanitaria de la madre Teresa en favor de los parias y desheredados de la Tierra, su compasión sin límites hacia los moribundos que no tenían nada de nada en este mundo, la Reina supo lo que su orden religiosa estaba realizando en la India y allí fue para conocerla y expresarle su admiración por lo que estaba haciendo. Ver a la monja asistir en el Kalighat, la Casa de los moribundos, a los desahuciados con tanto amor impactó a la madre del actual Monarca hasta límites insospechados. Vio desde el primer momento lo excelso de su trabajo e intuyó que esa labor trascendería fronteras y se convertiría en un icono para todas las personas de bien del planeta. Pero la sencillez de la Reina española también llamó la atención de la nueva santa desde el primer momento que se conocieron y así lo comentó con algunos de sus colaboradores españoles en una de las visitas que hizo a Madrid para abrir una de las casas de la orden de las Misioneras de la Caridad en la capital española.

En el libro «Doña Sofía, la Reina habla de su vida» ella reveló que en sus visitas a países tan pobres como Bangladesh comprendió la verdad de lo que le dijo Teresa de Calcuta en uno de los encuentros que mantuvieron: «Prefiero la pobreza de Calcuta a la de Nueva York. La de Calcuta es algo que sólo se puede soportar gracias al amor que hay entre las familias que se apoyan entre sí, unos en otros. Sin embargo, la pobreza de Nueva York se vive en la más absoluta soledad». Para la Reina española, la figura frágil y endeble de la Madre Teresa se convirtió en un referente para la labor de cooperación con los más desfavorecidos que desarrolló desde la creación de la Fundación Reina Sofía. También fue el modelo a seguir en sus intensos viajes de apoyo a la Cooperación desarrollada por el gobierno español durante largos años en países iberoamericanos, del sur de Asia y del Magreb norteafricano.

La madre Teresa visitó en varias ocasiones España y en esas breves estancias siempre contó con la presencia de Doña Sofía, quien incluso dejó en una de esas visitas la recepción que se celebraba con motivo del día de San Juan, onomástica del anterior Jefe del Estado, para ir a ver a la que consideraba su amiga y a cuya orden religiosa hizo varias donaciones a lo largo de los años. En 1986, la madre Teresa vino a España a inaugurar una casa de acogida para indigentes y ancianos sin recursos. Al año siguiente, la misionera volvió a viajar a Madrid para inaugurar junto a Doña Sofía el décimo Congreso Internacional de la Familia en el Palacio de Congresos y Exposiciones. La noticia de su muerte, muy próxima a la de Diana, Princesa de Gales, otra de sus grandes admiradoras y para quien fue también motivo de inspiración, fue causa de gran dolor y tristeza para la Reina Sofía, quien no dudó ni un instante en desplazarse a la India para estar presente en sus exequias a primeros de septiembre de 1997. Unas exequias que, según comentó Doña Sofía en años posteriores a un grupo de periodistas en un viaje de cooperación a Camboya, le parecieron excesivas para una mujer como la Madre Teresa que amaba la sencillez por encima de todo.

No es aventurado decir, por todo lo expuesto en este artículo, que nadie mejor que la Reina Sofía representará a España mañana en la proclamación de Teresa de Calcuta como nueva Santa de la Iglesia católica en el Vaticano, en una ceremonia que presidirá el Papa Francisco. Será el reconocimiento universal más que merecido de la religión cristiana a una mujer para la que atender a los moribundos, los enfermos mentales y los que nadie quiere, significaba atender a Jesús oculto tras esos disfraces. Y a ese tributo en honor a una mujer que lo dio todo a cambio de nada se ha querido unir otra mujer, Doña Sofía, cuya vida ha estado presidida siempre por la obsesión de ser útil a los demás. Quizá ella fue de las primeras personas que se dio cuenta que Teresa de Calcuta terminaría por ser canonizada santa. No podía ser de otra manera.