Actualidad

Cracovia

El milagro de San Juan Pablo II

Tapiz con la imagen de Juan Pablo II, durante la beatificación
Tapiz con la imagen de Juan Pablo II, durante la beatificaciónlarazon

Sólo falta la firma de Francisco y elegir una fecha. Por lo demás, Juan Pablo II ya ha pasado todos los exámenes que le acreditan como uno más de los santos de la Iglesia. En tiempo récord. Tan sólo ocho años después de su fallecimiento. Ayer la Santa Sede confirmaba que la comisión teológica de la Congregación para la Causa de los Santos había aprobado el milagro logrado por intercesión del Papa polaco necesario para culminar uno de los procesos de canonización más rápidos de la historia contemporánea de la Iglesia. Apenas ocho años después de su muerte, después de que Benedicto XVI concediera una dispensa extraordinaria para que se iniciara el proceso sin esperar los cinco años tras el fallecimiento que exige la legislación vaticana.

Los pasos para proclamarle santo se sucedieron prácticamente cuando Benedicto XVI le proclamaba beato el 1 de mayo de 2011. Para alcanzar la beatificación, se le atribuyó como milagro la curación de sor Marie Simon Pierre, quien se curó de forma milagrosa del párkinson que sufría después de encomendarse a Wojtyla, además de reconocer que ha llevado una vida ejemplar con actitudes heroicas fiel a los valores del Evangelio. Aunque no hay que olvidar que ya desde el mismo día de su fallecimiento, los fieles se congregaron en torno a la Plaza de San Pedro proclamándole «Santo Súbito» o lo que es lo mismo, santo por aclamación, una fórmula que se utilizó en las primeras comunidades cristianas. De la misma manera, desde aquel día se presentaron hasta 250 casos de curaciones inexplicables atribuidas al Papa polaco.

En el caso de la canonización, se necesitaba de un segundo milagro, sobre el que el Vaticano guarda secreto. Lo que sí se sabe es que el equipo, conformado por cinco médicos peritos pertenecientes a la comisión responsable de certificar que la curación atribuida a Wojtyla resulta inexplicable desde el punto de vista de la ciencia, se pronunció de forma favorable el pasado mes de abril al suscribir que esta mejora en el estado de salud fue inmediata, completa y duradera. Entre ellos, se encontraba el doctor Patrick Polisca, quien fuera médico personal de Juan Pablo II, luego de Benedicto XVI y también ahora de Francisco. Con esta autorización, en apenas dos meses los ocho teólogos han visto claro el nexo entre los hechos verificados por los doctores y la intercesión de la persona sujeto del milagro ya reconocido a Juan Pablo II.

Por eso no sería de extrañar que el anuncio oficial de la fecha esté a la vuelta de la esquina. Tan sólo queda que Francisco dé el visto bueno definitivo a través del Decreto de Canonización y que los cardenales, convocados en Consistorio Ordinario Público, tengan conocimiento de la decisión y se decida cuándo tendrá lugar la celebración. Desde hace meses se viene barajando el 20 de octubre. Simbolismo no le faltaría a ese domingo de otoño en tanto que coincidiría con el 35º aniversario del inicio de su Pontificado. Si bien un 16 de octubre de 1988 la fumata blanca anunciaba la elección del primer Papa polaco de la historia, el 22 del mismo mes Roma acogía su misa de entronización, una fecha que se escogió posteriormente como su fiesta litúrgica. De esta manera se cumpliría el deseo manifestado en más de una ocasión por el que fuera secretario personal de Juan Pablo II y actual cardenal arzobispo de Cracovia, Stanislao Dziwisz, que ya ha comentado que el 20 de octubre sería la mejor opción. Además, serviría de broche final para el Año de la Fe, abierto por Benedicto XVI y que cerrará el Papa argentino.

Resulta interesante pensar si su más estrecho colaborador y ahora Papa Emérito, Benedicto XVI, abandonaría por unas horas su retiro voluntario en el convento Mater Ecclesiae y tomaría parte en la ceremonia. Se trataría de un hecho insólito en la historia de la Iglesia poder ver en el altar de la Plaza de San Pedro a dos Pontífices presidiendo la eucaristía que proclamaría santo a su predecesor. En cualquier caso, Juan Pablo II se convertirá en el segundo Papa del siglo XX, después de Pío X, en ser proclamado santo. Por su parte, Pío IX y Juan XXIII engrosan ya la lista de los beatos de la Iglesia.