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«La beatificación de monseñor Romero permitirá la reconciliación del país»

Monseñor Romero, camino de los altares. La plaza del Divino Salvador del Mundo acogerá hoy la ceremonia, en la que participarán 250.000 personas

La plaza del Divino Salvador del Mundo acogerá hoy la ceremonia, en la que participarán 250.000 personas
La plaza del Divino Salvador del Mundo acogerá hoy la ceremonia, en la que participarán 250.000 personaslarazon

Está emocionado Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador. Acaba de salir de una de las sesiones de la asamblea de Cáritas Internationalis celebrada en Roma la semana pasada, en la que se decidió el nombramiento como patrono a Óscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador asesinado 1980 mientras celebraba misa por su empeño a favor de los desfavorecidos. Amigo personal de «san Romero de América», como se le conoce en América Latina, Rosa Chávez espera que su beatificación hoy en la plaza del Divino Salvador del Mundo de San Salvador, en la que se espera la participación de más de 250.000 personas, impulse la reconciliación en este pequeño país centroamericano.

«Después del 3 de febrero, cuando se anunció que el Papa firmaba el decreto por martirio, se dio un terremoto espiritual que todavía tiene réplicas», explica el arzobispo auxiliar de San Salvador a LA RAZÓN. «Quien dudó de él hoy entró en crisis si es una persona sincera. Mucha gente ha ido a su tumba a pedir perdón. Otros han preguntado lo que podían hacer para reparar lo que antes hicieron mal. Esto va a permitir poco a poco la reconciliación en el país».

Rosa Chávez lamenta la «polarización» del pueblo salvadoreño y espera que la beatificación de Romero marque un punto de inflexión. «Pienso que va a ser un instrumento de Dios para alcanzar este propósito». También desea que la ceremonia del sábado tenga un impacto en la reducción de la violencia, otros de los grandes problemas de este país. «Hay 12 muertos al día por homicidios. En una nación de seis millones de personas es muchísimo, una de las tasas más altas del mundo. Pedimos a Romero que nos ayude a vencer la violencia».

Los remitentes de las «toneladas» de cartas que, según el arzobispo Vincenzo Paglia, postulador de la causa de beatificación, llegaron al Vaticano contra él, están hoy con la boca cerrada. «En el lenguaje formal hay una gran unanimidad: no es posible estar en contra de forma evidente. Pero naturalmente hay personas en crisis, personas sumamente molestas, personas que están muy enojadas con el Santo Padre porque consideran que pone como modelo a un comunista», advierte el obispo salvadoreño.

Francisco ha resultado determinante para que el proceso de beatificación llegara a buen fin. «El Papa se siente muy cómodo con Romero», asegura. «Encarna el ideal de Jorge Mario Bergoglio sobre qué es un pastor y sobre qué es la Iglesia de los pobres. Romero es el icono de todo eso. Cuando uno lee al Papa dice, ‘‘¿es el Papa o Romero?’’ Incluso en las formulaciones de las frases son casi idénticas». Pese a las reticencias calladas de algunos, la opinión pública vive «de forma muy positiva» la ceremonia de hoy. «Creo que va a dar lugar a una atmósfera diferente que nos va a permitir construir bases para un pueblo que necesita desesperadamente la reconciliación».

Rosa Chávez, que conoció de cerca a Romero, asegura que nunca fue comunista: «Le tocó ir contracorriente porque era un hombre más bien conservador. En una carta que mandó al Vaticano y de la que tengo copia dice que es conservador, pero que respondió a una realidad que nunca pensó que le iba a tocar. Contaba que tenía que hacer la voluntad de Dios y que por eso eso alzaba la voz». En opinión del prelado salvadoreño, Romero se volcó en la defensa de los oprimidos al interpretar el Concilio Vaticano II y la conferencia del episcopado latinoamericano celebrada en la ciudad colombiana de Medellín en 1968. «Vio en el documento de Medellín la guía de su ministerio y eso explica sus planteamientos. Fueron todos ortodoxos, pero también muy audaces».

Las acusaciones al nuevo beato vienen, a su juicio, de la polarización de la sociedad debido a los 20 años de gobiernos de extrema derecha. «En tiempos de Romero hubo una permanente campaña contra él acusándole de todos los males. Nunca se le dio espacio para defenderse. Los grandes medios de comunicación nunca hablaron de él de forma positiva. Lo ignoraban o lo atacaban. Pero en sus homilías, que conservamos todas, se ve que era un hombre de Dios y de Iglesia. Era un servidor de los pobres, un hombre totalmente ortodoxo. Eso fue lo que comprobó Joseph Ratzinger cuando estudió palabra por palabra sus homilías», afirma Rosa Chávez.

Aquella pasión llevó a que se calumniase a Romero «sin leer nunca sus textos ni escuchar sus homilías». «Eso era lo normal en El Salvador en aquella época tan apasionada en la que se tomaba posición de forma visceral e irracional. Ahora es el momento de que la razón se abra camino para acercarse a él y descubrir que es un profeta de los tiempos nuevos».

Tamayo asiste en representación de la CEE

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, representará a los obispos españoles en la beatificación. Antes de la ceremonia tendrá lugar una serie de actos entre ellos, una peregrinación y una vigilia de oración. Además, el domingo se celebrará la misa de acción de gracias en la Catedral Metropolitana de San Salvador.