Santoral
¿Qué santo se celebra hoy, 27 de noviembre? Todo lo que debes saber del santoral de hoy
Cada día del calendario litúrgico está vinculado a uno o varios santos, que son recordados por los fieles
El santoral católico es un registro detallado que la Iglesia católica mantiene y actualiza, en el que se enumeran los nombres de los santos y beatos que se honran oficialmente en diversas fechas a lo largo del año. Cada jornada del calendario litúrgico está asociada a uno o varios santos, que son recordados y honrados durante las misas y en las oraciones de los fieles. Esta tradición de celebrar y recordar la vida de los santos tiene sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. En aquel entonces, comenzó la veneración a los mártires y otros individuos que se distinguieron como ejemplares por su vida llena de virtudes y su testimonio de fe inquebrantable. Estas figuras, a través de sus acciones y enseñanzas, han dejado un legado duradero que todavía hoy inspira a millones de personas en todo el mundo.
Hoy, el 27 de noviembre, en el santoral, se conmemoran a varios santos y santas que han dejado huella en la historia de la cristiandad. Entre ellos, destacamos a San Acacio Mártir, San Acario de Noyón, San Barlaán Mártir, San Basileo Obispo, Santa Bilhildis, San Eusicio, San Facundo, San Fergusto, San Francisco Antonio Fasani, San Gulstano, San Hirenarco, San Jacobo Interciso, San Laverio, San Leonardo, San Máximo, San Primitivo, San Saturnino, San Sifrido de Carpentras, San Simeón Metafraste, San Valeriano, San Virgilio de Salzburgo, Beato Bernardino de Fossa (Juan) Amici, Beato Bronislao Kostowski, Beata Delfina de Glandéres, Beato Ramon Llull y Beato Tomás Koteda Kiuni junto con sus diez compañeros mártires. Todos ellos demostraron que siempre podemos encontrar la fuerza para mantenernos fieles a nuestros principios, aun frente a la persecución y la adversidad, como hicieron ellos.
Entre ellos destacamos a Santa Catalina Labouré y la Medalla Milagrosa
¿Quién fue Santa Catalina Labouré?
Catalina nació el 2 de mayo de 1806 en Borgoña, Francia, en el seno de una familia campesina. A la temprana edad de 9 años, su madre murió, dejándola huérfana. Sin embargo, su fe inquebrantable la llevó a confiar en la Virgen María como una madre sustituta, una petición que se dice fue honrada.
Durante su juventud, Catalina asumió las responsabilidades domésticas en la casa de su padre debido a que su hermana mayor había decidido consagrar su vida a la religión. A pesar de que estas responsabilidades le impidieron aprender a leer y escribir, su profundo deseo de seguir una vida religiosa permaneció inalterable.
A los 14 años, Catalina solicitó a su padre que le permitiera unirse a un convento. A pesar de su negativa, debido a que la necesitaba en casa, Catalina no se desanimó. Persistió en su oración y mantuvo su aspiración de convertirse en religiosa. Un sueño con un anciano sacerdote, quien le dijo: "Un día me ayudarás a cuidar a los enfermos", marcó de manera indeleble su vida.
Finalmente, a los 24 años, su padre la dejó visitar a su hermana en el convento. Allí, al ver un retrato de San Vicente de Paúl, reconoció al sacerdote de su sueño. Este encuentro fue el catalizador que la llevó a decidirse a convertirse en hermana vicentina. Tras mucha insistencia, finalmente fue aceptada en la comunidad.
Catalina inició su vida religiosa con las Hijas de la Caridad el 22 de enero de 1830. Tras tres meses de postulante, fue trasladada al noviciado de París, en la Rue du Bac, 140. Allí, fue destinada al hospicio de Enghien, en la calle de Reuilly de París, donde dedicó 45 años a humildes labores, desde cocinar hasta cuidar a los ancianos en la enfermería.
El 27 de noviembre de 1830, mientras rezaba en la capilla del convento, tuvo una visión de la Virgen María. En esta visión, ella le encargó que hiciera una medalla con su imagen y la frase "Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Ti". Esta medalla es conocida hoy en día como la Medalla Milagrosa.
Catalina guardó en secreto estas apariciones y vivió con humildad y silencio, dedicada a los demás hasta su muerte el 31 de diciembre de 1876, a los 70 años, habiendo cumplido plenamente su misión. Fue beatificada por el Papa Pío XI en 1933 y canonizada por el Papa Pío XII en 1947. Su festividad se celebra el 27 de noviembre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar