Pedro Sánchez

Una «ética de Estado» en las aulas

Advierten que la asignatura de Religión no puede ser sustituida: «Es necesaria para una formación integral de la persona».

El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal se reunió ayer para tratar asuntos de actualidad
El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal se reunió ayer para tratar asuntos de actualidadlarazon

Advierten que la asignatura de Religión no puede ser sustituida: «Es necesaria para una formación integral de la persona».

Apenas tres semanas después de su toma de posesión, Pedro Sánchez convocó al jefe de los obispos, Ricardo Blázquez, a Moncloa. Esa inusitada rapidez es «una buena señal», dijeron desde la Conferencia Episcopal Española (CEE) y aclararon que mantendrían con el nuevo Ejecutivo el clima de «acompañamiento y cooperación» que siempre ha caracterizado las relaciones Iglesia-Estado.

Pero el Gobierno socialista no lo está poniendo nada fácil. Primero fue su propuesta de ley para legalizar la eutanasia y convertirla en una prestación más de la Seguridad Social, y ahora sus planes para devaluar la asignatura de Religión y la educación concertada.

«Nos han preocupado profundamente», señaló ayer el Comité Ejecutivo de la CEE a través comunicado. La ministra de Educación, Isabel Celaá, anunció el miércoles que la asignatura deReligión no contará para la nota media y que no tendrá alternativa alguna. Además, avisó que se implantará de forma obligatoria una nueva materia de Valores Cívicos y Éticos «centrada en el tratamiento y análisis de los derechos humanos y de las virtudes cívico-democráticas». Respecto a la educación concertada, advirtió «puede estar o no estar». «La red pública tendrá preeminencia, por que si no el Estado no cumple con su obligación», añadió Celaá.

Ante estas declaraciones, ayer el Comité Ejecutivo de la CEE mostró su malestar y exigió para los padres «el derecho a decidir el modelo educativo que quieren para sus hijos». Asimismo recordaron que el actual sistema educativo «que engloba la educación pública, concertada y privada» es «un sistema consolidado que respeta la libertad».

El nombramiento de Celaá al frente de Educación no ha cumplido las buenas perspectivas iniciales que tenía la escuela católica. La ministra, ex consejera de Educación en el Gobierno vasco de Patxi López, ha mostrado en varias ocasiones su condición de católica prácticante, por lo que se esperaba de ella una defensa del hecho religioso.

Todo lo contrario, ha devaluado la asignatura de Religión. La materia, a partir de ahora, «no será computable a efectos académicos y no tendrá ninguna alternativa en forma de asignatura-espejo como hasta ahora», porque la libertad de unos a cursar Religión no puede «conllevar» para otros la obligación de estudiar otra materia, declaró la ministra. Esto quiere decir, en definitiva, que Religión ya no contará para la media, ni importará para el expediente ni será tenida en cuenta para el acceso a las becas. Será de oferta obligatoria para los centros y de inscripción voluntaria para los alumnos.

Ante estas declaraciones, la Iglesia española mostró su malestar, porque dicen la asignatura de Religión «es necesraia para una formación integral de la persona» y de ninguna manera «puede ser sustituida por una ética del Estado impuesta por los poderes públicos».

En la reunión del Comité Ejecutivo también se trató la reforma «integral» de la ley de Memoria Histórica que anunció el Ejecutivo de Sánchez. Ante esta postura, los obispos reivindicaron el papel de la Transición española que se plasmó en la Constitución de 1978, consensuada por todos los grupos políticos, y pidieron que «no sea ahora despreciado, minusvalorado o transformado por iniciativas que dificulten la necesaria concordia que exige la cohesión social».