Salud

Daniel Carnevali: «Esta crisis de salud afecta a muchas otras facetas de la vida»

El doctor Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, responde diez preguntas sobre coronavirus

Dr. Daniel Carnevali. Jefe de medicina interna del hospital universitario Quirónsalud Madrid
Dr. Daniel Carnevali. Jefe de medicina interna del hospital universitario Quirónsalud Madridfreelance

1. ¿Es Medicina Interna el centro neurálgico del hospital en esta crisis?

El primer papel de Medicina Interna es atender a los pacientes, pero además lideramos la formación de equipos médicos en los que están implicados especialistas de muchas áreas, y consensuemos protocolos de diagnóstico y tratamiento actualizándolos con los datos que van surgiendo. También coordinamos los esfuerzos de la institución para acoger a un número inesperadamente alto de pacientes en poco tiempo; colaboramos con Urgencias para homogeneizar la asistencia médica y el tipo de pruebas, medicamentos, incluso los datos que tenemos que recoger en la historia clínica. Junto con la Dirección colaboramos para desarrollar los circuitos asistenciales nuevos; trabajamos junto con otras áreas para adaptar el funcionamiento del hospital a la situación. Evaluamos con las UCI a los pacientes más graves. También debemos establecer canales de comunicación empática y oportuna con los familiares de los enfermos aislados y mantener un estilo de trabajo basado en la responsabilidad compartida, la profesionalidad y el sentido del humor.

2. ¿Cuál es la parte más complicada a la que se están enfrentando?

Lo más complejo ha sido cambiar el modo de trabajo. Por un lado, hacer frente a una enfermedad que no conoces y, además, muchos casos a la vez en muy poco tiempo. Es una patología para la que no hay un tratamiento probado, lo que genera mucha impotencia y frustración en los médicos, unido a la sobrecarga de trabajo y al gran número de pacientes que están graves al mismo tiempo.

3. ¿Cómo se ha reorganizado el hospital?

Es un centro hospitalario totalmente distinto, casi monográfico, con las mismas personas pero con otra dinámica. Atendemos pacientes nuestros y servimos de apoyo a otras instituciones. Hay que aunar esfuerzos. Nos han pedido ayuda y se la hemos dado. Hemos separado zona Covid de No-Covid para preservar alguna actividad para los pacientes que no pueden esperar, como personas con cáncer en tratamiento, intervenciones quirúrgicas urgentes... También hemos abierto habitaciones dobles por primera vez; se han concentrado equipos de diferentes especialidades para trabajar unidos con el mismo criterio; hemos ampliado enormemente la capacidad de hospitalización, lo que ha requerido modificar todos los circuitos asistenciales. Los diez hospitales del grupo Quirónsalud en Madrid, desde el principio de esta crisis, antes incluso de la declaración del estado de alarma, están trabajando bajo una dirección única y en coordinación con la Consejería de Sanidad. Gracias a ello estamos pudiendo gestionar la situación correctamente.

4. ¿Qué cosas están aprendiendo?

Aprendes a trabajar con mascarilla todo el día: a hablar con tus compañeros a distancia; a generar información para la Administración Pública porque eso permite asignar recursos de manera adecuada; a atender a pacientes que están solos y a relacionarnos con familiares a distancia en una situación de angustia.Hemos aprendido a trabajar a distancia de los pacientes, a protegernos mejor con los medios que tenemos –que no son perfectos pero que son suficientes para un tratamiento con garantía–; hemos aprendido a manejarnos en situaciones en las que habitualmente el enfermo hubiera ido a cuidados intensivos pero que ahora permanece en la planta de hospitalización convencional; hemos aprendido a dominar el miedo y a trabajar en común.

5. ¿Qué estrategias terapéuticas siguen?

Para el coronavirus no hay un tratamiento validado. Existen estudios de ciencia básica o de laboratorio. A pesar de todo utilizamos fármacos con la hipótesis de que funcionan. No estamos dejando de tratar a los pacientes, pero somos cautos y recogemos toda la información para actualizar los resultados. Utilizamos medicamentos que se emplean en otras patologías y que pensamos que pueden ser útiles en este caso porque la enfermedad por coronavirus tiene dos componentes: el primero es la infección viral en sí, para la que utilizamos algunos fármacos que podrían tener actividad antiviral. Esto es importante en las fases iniciales del proceso respiratorio. Luego, cuando hay neumonía y progresa se establece un mecanismo inflamatorio a nivel pulmonar muy grave que también se puede intentar controlar con medicamentos con actividad para el proceso inmunitario e inflamatorio que subyace a la lesión pulmonar, que es lo que acaba matando. Todo con evidencias limitadas y por eso somos cautos. Por otro lado ofrecemos al paciente oxigenoterapia en diversas formas y a los enfermos que desarrollan insuficiencia respiratoria grave se les ofrece la posibilidad de ventilación asistida mientras su propio organismo va luchando contra el proceso inflamatorio pulmonar. De todas formas, no todos los pacientes con Covid-19 grave se benefician de ventilación mecánica. Por eso, algunos no ingresan en UCI aunque estén graves. Luego, intentamos luchar contra otras complicaciones que surgen, porque a veces pueden aparecer problemas de trombosis, úlceras, estados metabólicos alterados, superinfeccioes… Son enfermos que no sólo tienen un problema infeccioso respiratorio sino que afecta a todo su cuerpo.

6. Cuando un paciente se cura, ¿quedan secuelas en su organismo?

Esto es un tema que aún no conocemos bien y hay pocos pacientes que lleven meses curados. Es posible que en algún paciente quede una secuela pulmonar, pero aún no lo sabemos con seguridad. Naturalmente habrá que seguir un control. De hecho, seguimos por vía telefónica a los enfermos a los que damos el alta hasta comprobar que su situación se estabiliza. Parece ser que a los que damos el alta van bien y eso nos tranquiliza. En ocasiones, algunos necesitan oxígeno domiciliario y a esos los monitorizamos.

7. ¿Es posible seguir contagiando a otras personas tras curarse?

La capacidad de contagio es mayor en la fase en la que hay síntomas y va desapareciendo gradualmente. No es un periodo fijo para todo el mundo igual y es mayor cuanto más grave está el sujeto. Muchas personas asintomáticas han sido y son portadores y pueden contagiar, pero la mayor tasa de contagio se produce en personas sintomáticas y, cuanto más grave se encuentran más virus eliminan, y más tiempo están eliminándolos y por eso más posible es contagiar a otros.

8. ¿Qué recomendaciones hacen a sus pacientes cuando se les da el alta?

Mantener la cuarentena durante al menos dos e incluso tres semanas después del alta para evitar en lo posible el contagio al entorno. Por eso se han habilitado espacios para garantizar el aislamiento de personas que conviven con ancianos o inmunodeprimidos para tratar de evitar el contagio secundario a un paciente dado de alta.

9. ¿Hay datos para ser más optimistas en estos últimos días?

En los últimos cinco o seis días ha habido menos ingresos en Urgencias y parece que la curva se está aplanando. Esto nos da un poco de respiro, pero aún hay muchos pacientes ingresados, los hospitales están llenos y, sobre todo, los que están más graves aún tienen un tiempo de enfermedad que hay que atender. Ojalá sea el inicio de la bajada epidémica. Que no haya tanta avalancha de pacientes permite trabajar con menos sobresalto.

10. ¿Qué mensaje da a los lectores?

Deben quedarse en casa, mantener la disciplina, obedecer a las autoridades, lavarse las manos, distanciarse unos de otros y tener mucha paciencia porque esta crisis de salud afecta a muchas facetas de la vida: economía, aspecto mental, relaciones interpersonales. Recomiendo mucha paciencia, imaginación, sentido del humor y mucha generosidad para afrontarlo.