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La mitad de los niños que desarrollan síndrome inflamatorio multisistémico después de la Covid-19 tenía síntomas neurológicos

“Los menores deben ser evaluados para detectar síntomas neurológicos y resultados cognitivos a más largo plazo”, afirma el autor principal del estudio preliminar publicado hoy en “Neurology”

Personal sanitario de Urgencias reciben en una imagen de archivo a un enfermo de Covid-19
Personal sanitario de Urgencias reciben en una imagen de archivo a un enfermo de Covid-19Alberto R. RoldánLa Razon

La mitad de los niños que desarrollaron síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico después de infectarse con el SARS-CoV-2 tenía síntomas o signos neurológicos cuando ingresó en el hospital, como dolores de cabeza, encefalopatía y alucinaciones. Así se desprende de una investigación preliminar publicada hoy en “Neurology” y que se presentará durante la 73ª Reunión Anual de la Academia Estadounidense de Neurología que se llevará a cabo del 17 al 22 de abril de 2021.

“Todavía estamos aprendiendo cómo afecta el síndrome a los niños y qué debemos tener en cuenta”, afirma el autor del estudio, Omar Abdel-Mannan, del University College London en el Reino Unido y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología. “Descubrimos que muchos niños experimentaron síntomas neurológicos que afectaban tanto al sistema nervioso central como al periférico”, añade.

Para el estudio, los investigadores revisaron los registros de todos los niños menores de 18 años ingresados en el Hospital Great Ormond Street en Londres entre el 4 de abril de 2020 y el 1 de septiembre de 2020 que cumplían con los criterios para el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico.

Había 46 menores con una edad promedio de 10,2 años, 30 de los cuales eran varones. De todos ellos, 24 niños (el 52,2% de los pacientes) tenían síntomas o signos neurológicos que no habían experimentado previamente. En concreto, y teniendo en cuenta que algunos presentaban varios síntomas a la vez, los especialistas precisan en el estudio que 24 menores presentaban dolores de cabeza, 14 tenían encefalopatía, seis desarrollaron anomalías en la voz o ronquera, seis presentaban alucinaciones y cuatro tenían ataxia. Además, tres niños tuvieron problemas con sus nervios periféricos y un menor sufrió convulsiones. A su vez, un paciente presentaba 118 leucocitos en el líquido cefalorraquídeo. Los investigadores observaron cambios en la señal del esplenio (el músculo largo que une las vértebras cervicales con la cabeza y contribuye a los movimientos de esta) en cuatro de 16 pacientes a los que se les hizo una resonancia magnética cerebral. También detectaron un exceso de actividad lenta en 14 de 15 pacientes que tenían un electroencefalograma y observaron cambios miopáticos y neuropáticos en cuatro de siete pacientes que se sometieron a estudios de conducción nerviosa y electromiografía (EMG).

Los menores con síntomas neurológicos tenían más probabilidades de necesitar un ventilador y medicamentos para ayudar a estabilizar la circulación sanguínea en comparación con los pacientes sin afectación neurológica. Sin embargo, no hubo diferencias en términos de datos demográficos, marcadores inflamatorios, manejo o resultados a corto plazo entre los dos grupos.

Posibles secuelas a medio y largo plazo

Una de las conclusiones del estudio es que los menores que desarrollaron síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico después de infectarse con el SARS-CoV-2 tenía nuevos síntomas o signos neurológicos que involucran tanto a la zona central como al sistema nervioso periférico, en ausencia de síntomas respiratorios. Y que los síntomas neurológicos se observaron más frecuentemente en presentaciones más severas de este síndrome.

“Los niños que desarrollan esta afección definitivamente deben ser evaluados para detectar síntomas neurológicos y resultados cognitivos a más largo plazo”, precisa Abdel-Mannan, que insiste en que “se necesitan más estudios que involucren a más menores y se haga un seguimiento a los niños para ver cómo esta condición cambia con el tiempo y si hay efectos neurocognitivos a más largo plazo”.