Investigación
Los fumadores o ex fumadores reingresan más por Covid en el hospital
La Sociedad Española de Medicina Interna reitera en un nuevo estudio que los pacientes con este hábito activo o pasado es un factor de riesgo de mala evolución que ha de valorarse al ingreso hospitalario
Demostrado: fumar o ser ex fumador es un factor de riesgo de mala evolución de la Covid-19 en caso de contagio. Pese a que estudios iniciales de series extranjeras arrojaron resultados contradictorios o no concluyentes sobre la relación entre el tabaquismo y la Covid-19, una nueva investigación de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)no deja lugar a dudas.
Con datos de 14.260 pacientes del Registro SEMI-COVID-19 recogidos entre febrero y septiembre de 2020 de 132 hospitales españoles, el estudio concluye que los pacientes con hábito tabáquico activo o pasado que han sido hospitalizados en contexto covid presentaron peor evolución y pronósticoque los pacientes sin este hábito.
Es la principal conclusión del estudio publicado en la revista “Medicina Clínica” en el que se describen y exploran, de forma comparativa, las características clínicas y pronóstico en Covid-19 de los pacientes hospitalizados por SARS-CoV-2 incluidos en la investigación, que fueron divididos en dos grupos: con hábito activo o pasado de tabaquismo o no fumadores. A todos ellos, se les realizó un seguimiento hasta un mes después del alta.
De los 14.260 pacientes del estudio, 4.344 individuos formaban parte del grupo con tabaquismo (733 eran fumadores activos y 3.611 ex fumadores) y 9.916 del sin tabaquismo.
La mediana de edad de los pacientes incluidos en el estudio fue de 68,6 años, con un 57,7% de varones. El grupo con tabaquismo presentó mayor edad (69,9 años), predominio masculino (80,3%) y mayor índice de comorbilidad de Charlson (un sistema de evaluación que predice las complicaciones de la suma de ciertas enfermedades).
La evolución fue peor en los pacientes con hábito activo o pasado de tabaquismo, puesto que presentaron una mayor tasa de ingreso en UCI (10,4 frente a 8,1%), mayor mortalidad intrahospitalaria (22,5 vs. 16,4%) y reingreso al mes (5,8 vs. 4,0%) que el grupo sin tabaquismo.
Respecto a la clínica que presentaban, la disnea (sensación de falta de aire) era más frecuente en los pacientes con tabaquismo, y fiebre y síntomas gastrointestinales en los pacientes sin tabaquismo.
Además, los pacientes con tabaquismo ingresaban con una mayor saturación de oxígeno que los pacientes sin tabaquismo, mientras que en estos la afectación radiológica pulmonar era más frecuente. Los pacientes con tabaquismo también presentaban un porcentaje mayor de parámetros analíticos de mal pronóstico.
Globalmente, un 8,8% precisó ingreso en UCI, siendo más frecuente en los pacientes del grupo tabaquismo (10,4% vs. 8,1%). La necesidad de ventilación mecánica no invasiva o invasiva fue también mayor en los pacientes del grupo de tabaquismo (6,5 frente a 4,5% y 8,0 vs. 6,6%, respectivamente). Además, estos también recibieron antibioterapia empírica (91,0 vs. 88,6) y tratamientos inmunosupresores o inmunomoduladores en porcentajes superiores, como los corticoesteroides en un 41,0% en el grupo de tabaquismo frente a un 33,8% en el de sin tabaquismo.
El grupo con tabaquismo presentó más complicaciones y mortalidad durante el ingreso que el grupo sin tabaquismo (52,5% vs. 48,3% y 22,5% vs. 16,4%, respectivamente). El síndrome de distrés respiratorio agudo fue la complicación más frecuente en ambos grupos (con un 28,8% de distrés moderado-severo en el grupo de tabaquismo frente al 22,2% en el de sin tabaquismo). También presentaron más frecuentemente empeoramiento radiológico y progresión de la enfermedad los pacientes del grupo con tabaquismo que los del grupo sin tabaquismo (42,6 vs. 36,5% y 30,2 vs. 23,0%, respectivamente).
Además, tras el alta hubo más reingresos al mes, pero no más mortalidad, en el grupo con tabaquismo. En concreto, un 5,8% de los pacientes del grupo tabaquismo reingresó a los 30 días frente al 4% del grupo sin tabaquismo.
Respecto a las diferencias entre fumadores y exfumadores, en el estudio se observó que los exfumadores eran de mayor edad, con un mayor porcentaje de varones, índice de comorbilidad de Charlson y de dependencia moderada-severa.
También tenían más factores de riesgo cardiovascular y comorbilidades (aunque no hubo diferencias en las enfermedades respiratorias ni en insuficiencia renal). Los síntomas clínicos y parámetros analíticos fueron similares, al igual que los ingresos en UCI y la necesidad de ventilación.
Sin embargo, los exfumadores precisaron en mayor porcentaje tratamiento inmunomodulador y antibiótico y tuvieron más complicaciones en el ingreso (23,6 frente al 17,6%), empeoramiento radiológico y progresión de la enfermedad, así como reingresos.
Los investigadores concluyen, a falta de más estudios prospectivos, “dado que nuestros datos van en favor de que los pacientes expuestos al tabaco presentan una evolución desfavorable de la enfermedad con aumento de mortalidad e ingreso en UCI,consideramos necesario entender al tabaco como un factor de riesgo de mala evolución, y realizar una valoración adecuada del antecedente de tabaquismo al ingreso”. “Ello podría ayudarnos a plantear la estrategia de manejo de los pacientes hospitalizados”, añaden.
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