Cuidado con este peligro que puede esconderse en los estropajos de tu cocina

Las cocinas son los ambientes más contaminados de cualquier hogar. Cuesta creerlo... al fin y al cabo, la cocina suele ser uno de los espacios que se limpian con más frecuencia y perseverancia. Sin embargo, diversos estudios han demostrado que la cocina siempre es un auténtico nido de bacterias. Generalmente, estos microorganismos son absolutamente inofensivos, aunque también pueden ser perniciosos y pueden llegar a convertirse en un foco de infecciones. Pero -quizás- el mayor de los peligros se aloje en uno de los lugares que más suele pasar desapercibido: el estropajo.

Un peligro que pasa inadvertido

Puede sonar contradictorio. Porque los estropajos están diseñados precisamente para evitar la propagación de estas bacterias, pero -por ese mismo motivo- también están diseñados para absorberlas. Por lo que no sería imprudente afirmar que -en realidad- los estropajos son despensas de bacterias; que con el tiempo y su uso constante, también pueden convertirse en diseminadores de estas mismas bacterias y provocar la contaminación cruzada de las manos y de los alimentos.

De acuerdo con un estudio publicado por los investigadores Massimiliano Cardinales, Dominik Kaiser, Tillmann Lueders, Sylvia Schnell y Markus Egert, de la Furtwangen University (Alemania) y del Centro de Investigación de Salud Ambiental de Alemania, un centímetro cúbico del estropajo de cocina típico contiene alrededor de 54 mil millones de bacterias. En pocos lugares, aparte de las heces, pueda encontrarse una concentración tan grande de bacterias.

Y aunque la gran mayoría de estas bacterias son inofensivas, los estropajos también contienen algunos microorganismos que pueden llegar a suponer un riesgo para nuestra salud. Concretamente, los tres tipos de bacteria más comunes en el interior de un estropajo son la Acinetobacter, la Chryseobacterum y la Moraxela.

Los dos primeros tipos de bacteria únicamente pueden suponer un problema para personas inmunodeprimidas y para personas con problemas sistémicos previos. Sin embargo, el tercer tipo de bacteria (la Moraxela) es la principal causa de la conjuntivitis.

Normalmente, las defensas del organismo son más que suficientes para acabar con estas bacterias con facilidad. No obstante, hay algunas situaciones en las que pueden llegar a ser más efectivas, como en el caso de niños pequeños, pacientes inmunodeprimidos, diabéticos, personas mayores y personas que utilicen lentillas después de haber estado en contacto con ellas.

¿Es posible limpiar el estropajo?

Los expertos recomiendan que, cuando un estropajo empiece a oler mal, lo mejor que podemos hacer es tirarlo a la basura y no intentar limpiarlo. Los científicos descubrieron que algunos de los métodos de limpieza que suelen recomendarse, no son nada efectivos.

Uno de los consejos más comunes es meter el estropajo en el lavadora, pero los resultados de este método de desinfección no son nada alentadores. La temperatura que alcanza el agua en el interior del aparato no es suficiente para eliminar estos microorganismos, sino que -más bien- favorece su crecimiento.

Otras alternativas que sí resultaron un poco más efectivas fueron meter la esponja en el microondas y meterla en el lavavajillas; aunque en ninguno de ambos casos se consiguió eliminar totalmente los microorganismos patógenos.

De hecho, según aseguró en una entrevista con el New York Times el autor principal del estudio, Markus Egert, las bacterias que sobreviven a este tipo de “desinfección” -en realidad- pueden salir fortalecidas; porque ahora se encuentran en un espacio amplio y despoblado donde pueden progresar con mayor facilidad.