Visión
Llegan nuevos tratamientos para mejorar el ojo seco
La luz pulsada de alta frecuencia consiste en aplicar destellos sobre los párpados para estimular la circulación sanguínea
La pandemia de la Covid-19 ha dejado por el camino varios daños colaterales. Uno de ellos es la visión, hasta el punto de que los expertos alertan de que se ha disparado el número de casos de ojo seco y también la cifra de personas con miopía. «Existen evidencias del aumento de consultas por ojo seco, hasta un 40% más de casos, sobre todo en pacientes jóvenes y un empeoramiento en la mayoría de los pacientes que padecían ojo seco previamente», advierte Alberto Vicente López Masegosa, especialista en superficie ocular del Hospital Quirónsalud Cáceres.
Los cambios de hábitos de vida durante la pandemia han favorecido la aparición de diferentes patologías en la salud ocular y han traído consigo dos factores que han derivado en un empeoramiento de los síntomas de ojo seco: «Por un lado hubo una paralización de las consultas o una demora de las mismas, que ha conllevado interrupción de tratamientos previos o bien han retrasado la introducción de nuevas líneas. Por otro lado, el uso de mascarilla ha conllevado empeoramiento de los síntomas en los pacientes con ojo seco, debido al vapor emitido que provoca que en nuestros ojos la lágrima permanezca menos tiempo disponible», detalla López Masegosa. En esta misma línea se posiciona Antonio Moreno Valladares, especialista en Oftalmología de Hospital Quirónsalud Albacete, quien insiste en que «los nuevos hábitos se asocian a una reducción en la frecuencia de parpadeo y al aumento de patologías de la piel, y más concretamente de las glándulas de meibomio, como son la aparición de orzuelos y blefaritis que contribuyen a un empeoramiento del ojo seco de tipo evaporativo».
Ante estas circunstancias resulta muy importante acudir a un especialista, ya que no se trata de un asunto baladí. «El ojo seco es una patología que altera la calidad de vida del paciente, produciendo un malestar continuo, con sensación de dolor ocular, quemazón, irritación, que les obliga a mantener los ojos cerrados, dificultando la realización de actividades de ocio e incluso afectando a su productividad laboral. De no tratarse, en algunos casos muy severos, puede provocar complicaciones que amenazan la vista, como ulceración de la córnea, cicatrización, adelgazamiento e incluso perforación de la córnea», advierte Moreno Valladares.
Por todo ello, ambos expertos coinciden en que «es clave consultar con un profesional para contar con un diagnóstico y con un tratamiento personalizado cuando notemos alguna molestia», asegura López Masegosa, quien aconseja «evitar ambientes con humo, corrientes de aire, entornos secos, chorros de aire acondicionado dirigidos a la cara, conducir con las ventanillas cerradas, además de evitar el abuso de pantallas».
En cuanto al tratamiento, es recomendable el empleo de lágrimas artificiales, mantener una higiene palpebral y en ciertos casos se indican los tratamientos tópicos como algunos colirios. «Actualmente la estrategia de tratamiento debe ser individualizada. Es necesario un diagnóstico en consulta personalizado. Disponemos de distintos escalones de tratamiento con una eficacia contrastada. Como novedad principal disponemos de la luz pulsada intensa (IPI), una herramienta muy útil que ha demostrado aportar soluciones a pacientes que no conseguíamos mejorar con terapias habituales. Con ella conseguiremos reducir la inflamación local y de las bolsas palpebrales, una mejora de la circulación del área tratada y la salida del material graso de las glándulas de meibomio. Esta técnica está dando muy buenos resultados», explica López Masegosa, quien destaca que «actualmente el 99% de los afectados se beneficia de esta opción». De hecho, «la evidencia de varios trabajos de investigación ha demostrado que la IPL mejora la función de las glándulas de meibomio, lo que ayuda a aliviar los síntomas de ojo seco. Esto redunda en una mejoría de la calidad de la lágrima, que tarda más en evaporarse», añade Moreno Valladares.
Ventajas
La luz pulsada intensa es un tratamiento no invasivo, donde se aplica calor local y estimulación dirigida para conseguir una adecuada dinámica de las glándulas de los párpados, obteniendo una mayor adherencia de la lágrima sobre la superficie ocular, mejorando todos los síntomas asociados al ojo seco. «Es un tratamiento muy seguro, que se aplica en la consulta en apenas cinco o diez minutos y lo más importante: sin la aparición de efectos secundarios. Además los beneficios aparecen a partir de la primera sesión, mejorando los síntomas de irritación y reduciendo la frecuencia de uso de lágrimas artificiales, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes», afirma Moreno Valladares, quien insiste en que «el tratamiento se realiza de forma inicial con una pauta de tres sesiones de IPL separadas 15 días entre ellas, y que alivia el problema al menos durante seis meses a un año. Desgraciadamente la enfermedad de ojo seco es un problema crónico, es decir, no existe un tratamiento curativo, por lo que es necesario volver a aplicar el tratamiento periódicamente».
Una enfermedad muy frecuente
►El ojo seco es una enfermedad muy frecuente en la que la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, bien por un déficit en la cantidad o bien por la calidad de la película lagrimal. Se estima que afecta a cerca del 30% de la población, una cifra que se eleva a casi el 100% en edades avanzadas. Además, se trata de una patología «multifactorial, compleja y crónica» que afecta a la superficie ocular y que produce molestias, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la córnea y en la conjuntiva.
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