Día Cáncer de mama

Datos y calidad de vida, los nuevos retos

Aunque el futuro es esperanzador, los expertos sostienen que se puede mejorar aún en áreas como los cribados o la medición de los resultados

Dice la estadística que una de cada ocho mujeres tendrá cáncer de mama. Este tumor representa el 29% del total de los diagnosticados en mujeres y, para este 2022 se estima que se diagnosticarán cerca de 35.000 casos. Y, aunque la supervivencia se ha mejorado mucho en los últimos años, es también la principal causa de muerte por cáncer y el tumor con mayor prevalencia en mujeres españolas, el tercero a nivel general. Todo «un problema de salud de primer orden por la magnitud de las cifras», tal y como señaló el director de LA RAZÓN, Francisco Marhuenda, en el II Foro de Cáncer de Mama, pero que «gracias a los avances puede abordarse con garantía de éxito».

Y es que, un año más LA RAZÓN ha querido estar al lado de quienes lo padecen, darle visibilidad y apoyar también la investigación. Y, para ello, reunió en su sede a cinco expertos en el tema, grandes nombres de la Medicina no solo de nuestro país sino a nivel internacional, con motivo del Día Internacional del Cáncer de Mama, que se celebra hoy, 19 de octubre.

Isabel Rubio, directora del Área de Patología Mamaria de la Clínica Universidad de Navarra, presidenta de la Sociedad Europea de Especialistas en Cáncer de Mama y presidenta electa de la Sociedad Europea de Oncología Quirúrgica, quien habló sobre la prevención, el diagnóstico precoz y la cirugía conservadora del cáncer de mama; Lorenzo Rabadán, jefe de la Unidad de Mama del Hospital de Torrejón y coordinador quirúrgico del Área de la Mama del Grupo Sanitario Ribera; Yann Izarzugaza Perón, de la Unidad de Mama del Servicio de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid; Miguel Martín, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y presidente del Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama; y Ana Lluch, catedrática de Medicina en la Universidad de Valencia y jefa del Servicio de Hematología y Oncología Médica del Hospital Clínico de la misma ciudad, fueron los encargados de hacer una semblanza de la situación actual de esta enfermedad desde diferentes puntos de vista.

Tras una breve exposición, los doctores participaron en una mesa redonda posterior, que fue moderada por Sandra Ibarra. Así, en relación al impacto de la pausa de los cribados producida por la pandemia, Miguel Martín aseguró estar viendo «tumores más avanzados, lo que tendrá repercusión en la supervivencia, pero, además el hecho de tener que emplear medicamentos más avanzados».

En la misma línea se manifestó Rubio, para quien «uno de los grandes problemas que vemos ahora es que se ha invertido en hacer el ‘’screening’' en las pacientes que no se la hicieron en 2020, pero no se ha invertido nada en el tratamiento de esos tumores que no se vieron en 2020, de tal manera que, en este momento, tenemos un retraso en los tratamientos y en las cirugías».

Por eso, lamentó que, aunque «España tiene una Sanidad muy buena, no haya un registro nacional que nos ayude a saber en qué hospitales hay más recaídas, por ejemplo, y por qué, y que se analice para saber qué falla y cómo solucionarlo. Tenemos buenos médicos y buenos servicios, pero si miramos en global carecemos de muchas cosas, no estamos preparados para el futuro», continuó Rubio.

«En España hay muy pocos datos», coincidió Martín. «No hay registro de tumores y eso es algo incompresible porque una pequeña inversión de dinero daría una información valiosísima. Hay que entenderlo como inversión y no como gasto, pero esto no les llega a los políticos. Estamos viendo ahora tumores más avanzados y esto tendrá una repercusión en supervivencia, y también por tener que tratar a las enfermas con terapias más agresivas que podrían haberse evitado».

Por su parte, la doctora Lluch hizo énfasis en la importancia de la comunicación médico-paciente. Para ello «aumentar el tiempo en las consultas es importante», aseveró. «Yo siempre he dicho que cuando hay un número tan abultado de pacientes tienes que hacer un sobreesfuerzo para dedicarles un tiempo, porque es importantísimo, como lo es la comunicación médico-paciente. No hay que mirar el ordenador sino a la paciente, yo les digo siempre eso a mis residentes, porque el ordenador se puede ver después, que tienen que comunicarse con ella, y contarles la hoja de ruta, porque no es lo mismo un tumor en un estadio precoz que uno metastásico donde tienes que explicarle que es una enfermedad continua, que no se acaba, y que va a recibir varios tratamientos para que, cuando llegue el momento, no sea una decepción para ella. Por eso necesitamos tiempo. Yo ya desde la sala de espera les digo si está todo bien».

También contó que están desarrollando, junto con la Fundación Sandra Ibarra, una línea de investigación en personas jóvenes que no entran en el cribado, para compararlas con mujeres mayores. «Hemos hecho perfiles genómicos y hemos visto que son diferentes, aunque antes se creía que eran iguales. Hemos encontrado diferencias importantes en tumores con las mismas características. Además, los efectos para una mujer joven son osteoporosis y una menopausia precoz», prosiguió Lluch.

En cuanto al futuro, para Rabadán «está en trabajar en redes y en equipos multidisciplinares. Hemos creado un área de la mama. En nuestro grupo tenemos cinco hospitales con unidad de mama y lo que queremos hacer ahora es aumentar la calidad global. Para ello tenemos un equipo multidisciplinar en los cinco hospitales y todos estamos con todos».

Por último, Izarzugaza se mostró optimista respecto a lo que está por venir: «Se están consiguiendo muchas mejoras en la tasa de recaídas y eso se consigue gracias a avances terapéuticos logrados con nuevos tratamientos. Saber seleccionar qué tratamientos benefician a cada paciente es fundamental y podemos ser optimistas de que, en un futuro no muy lejano, la mayoría de las pacientes pueda curarse», concluyó el experto.

Apoyo

«Confiamos en la gran labor de Geicam y pretendemos aportar nuestro grano de arena a la lucha y a la investigación contra el cáncer de mama con esta campaña, destacando la importancia de la prevención y el autocuidado. Además, utilizamos nuestros canales como medio de divulgación y consejo farmacéutico para intentar transmitir hábitos de vida saludables y rutinas sin estrés que nos ayudan a prevenir esta enfermedad. Sin olvidar, por supuesto, la importancia de someternos a controles periódicos y mamografías que son la mejor herramienta para una detección precoz», apunta Reme Navarro, farmacéutica y nutricionista de Atida I Mifarma.

Laura Ruiz de Galarreta, presidenta de la AECC Madrid
Laura Ruiz de Galarreta, presidenta de la AECC MadridJesús G. FeriaLa Razón

El rosa es mucho más que un color

Tal y como afirmó Laura Ruiz de Galarreta, presidenta de la AECC de Madrid, el rosa es mucho más que un color, «es una voz, porque al final todos tenemos personas afectadas. No hay una campaña de tanto éxito como la del rosa y que haya conseguido concienciar y movilizar tanto a la población a la prevención, y está salvando muchas vidas de forma real», aseguró. Pese a ello, y a las buenas cifras de supervivencia alcanzadas en el caso de los tumores en estadios precoces –en torno al 85% a los cinco años– «necesitamos dar un paso más allá y retomar el espíritu de los 90 porque tenemos el cáncer de mama metastásico, donde las cifras se dan la vuelta y solo un 25% sobrevive más de los cinco años. Es un tema en el que tenemos que seguir investigando», destacó. Así, recordó que la AECC ha destinado 145 millones de euros a ayudas a la investigación, 17 de ellos al tumor de mama, y que por la asociación «pasan» anualmente 21.000 mujeres: «Tratamos de estar cerca de todas ellas, pero lo hacemos gracias a todo lo que la sociedad nos aporta».
María José Lallena, directora del centro de I+D de Lilly
María José Lallena, directora del centro de I+D de LillyJesús G. FeriaJesús G. Feria

El hito de descubrir un nuevo fármaco

Encontrar nuevos fármacos disruptores que mejoren los resultados en cáncer de mama –y en cualquier enfermedad– no es una tarea fácil. De ello habló María José Lallena, directora del centro de I+D de Lilly, quien aseguró que para lograrlo «nosotros como científicos ponemos todo el esfuerzo y toda la experiencia que tenemos, pero sobre todo ponemos pasión y corazón, y lo digo desde el alma, porque veo que los pacientes progresan y conseguimos mejorar una medicina que, con suerte, podemos hacer que beneficie la vida de las pacientes».
«Nos sentimos muy orgullosos del descubrimiento de un fármaco», explicó. En Alcobendas cuentan con un centro de investigación que se inauguró en 1984 «solo con dos científicos que, dos años más tarde, fueron cuatro y, seis años después, ocho». Ahora cuentan con «un edificio grande» donde están 110 investigadores. Suyo es el hito del medicamento abemaciclib, un potente inhibidor de ciclinas, que se añade a los tratamientos habituales en tumores hormonodependientes.