Gingivitis
Vigila la salud de tu boca si estás embarazada... podría afectar a la salud del feto
Cuando una mujer está embarazada, su cuerpo vive una intensa revolución hormonal que puede derivar en problemas periodontales
La causa más común detrás del sangrado de las encías es la gingivitis, que suele ser causada -a su vez- por una higiene bucal deficiente. Esto provoca la acumulación de placa que, al no retirarse, se endurece y se convierte en una capa de sarro atrapada en la base del diente dando lugar a la inflamación y la irritación de la encía, así como al sangrado que tan a menudo aparece durante el cepillado.
Si la gingivitis no se trata a tiempo, seguidamente aparece la periodontitis. Que se da cuando la infección y la inflamación se extienden desde las encías hasta los ligamentos y el hueso que sirven de soporte a los dientes; provocando que este se debilite, que los dientes vayan perdiendo su sujeción natural… y que finalmente se caigan.
Sin embargo, los malos hábitos de cuidado bocal no es el único factor de riesgo detrás de la aparición de la gingivitis. Otras variables, como el tabaco, la edad o la falta de vitamina C, también podrían tener mucho que decir en la aparición de la gingivitis. Pero de todos estos factores de riesgo, uno de los más determinantes son los relacionados con los cambios hormonales que se producen durante el embarazo. De hecho, la gingivitis afecta a -aproximadamente- el 40% de las futuras mamás.
Proteger las encías para proteger al feto
Durante el embarazo, aumentan los niveles de progesterona y estrógenos; el sistema inmunitario se debilita, lo que repercute en la disminución de la producción de colágeno, que es una proteína esencial en el proceso de reparación de las encías; el exceso de acidez por los vómitos frecuentes; el aumento en el consumo de hidratos de carbono y azúcares; y la reducción de la salivación, con lo cual se priva a las encías de la protección y la lubricación que esta proporciona.
Los síntomas que suelen manifestar la gingivitis gestacional son el enrojecimiento de las encías, la hinchazón, el sangrado, la sensibilidad, el dolor y el mal aliento. Todas estas molestias pueden llegar a agudizarse bastante a lo largo del embarazo. Concretamente, las encías suelen empezar a volverse más sensibles en torno al segundo mes de gestación y suelen llegar a su punto álgido en el octavo. Durante este proceso, las molestias pueden llegar a ser tan grandes que pueden desalentar el cepillado; dando lugar -a su vez- a una mayor acumulación de placa.
En la mayoría de los casos, la gingivitis gestacional no suele suponer ningún problema de gravedad. Ahora bien, es importante ser precavidos y tratar el problema con el tiempo y la diligencia necesarios para evitar los posibles daños que pueden ocasionarse, tanto para la salud de la madre como para la del niño.
Y es que, las enfermedades periodontales están relacionados con otros problemas para la salud, como el bajo peso del bebé al nacer, el parto prematuro o la preeclampsia. Por todos estos motivos, es importante que las madres gestantes sean especialmente cuidadosas con la salud de su boca. Y que, además de mantener una escrupulosa higiene dental diaria y de evitar el exceso de azúcares, estén atentas ante la aparición de cualquiera de los síntomas de la gingivitis gestante, para buscar atención profesional.
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