Alimentación

Así es la dieta que mejora la salud renal de personas con diabetes

El patrón mediterráneo muestra beneficios en las personas con diabetes tipo 2, según un pionero estudio español a cinco años

Dieta que mejora la salud renal en los diabéticos
Los expertos aconsejan un menú rico en frutas y verduras de diferentes coloresFREEPIKFREEPIK

Son muchas las evidencias científicas que avalan el potencial de la dieta mediterránea para la salud. Y ahora hay un nuevo argumento a su favor, ya que, además de prevenir accidentes cardiovasculares, favorecer al sistema inmunitario o proteger contra el estrés oxidativo, este patrón alimentario también puede ser útil para frenar el deterioro en los riñones. Se trata de un beneficio que si bien ya era conocido, ahora, por primera vez, ha quedado demostrado en pacientes que padecen diabetes tipo 2.

Esta es una de las conclusiones de una investigación publicada por la Universidad de Córdoba y el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic). La clave está en unos compuestos denominados «productos finales de glicación avanzada», más conocidos como AGEs, por sus siglas en inglés. Tal y como destaca una de las investigadoras participantes en el estudio, Alicia Podadera, se trata de unas moléculas con capacidad inflamatoria y oxidante que pueden producirse de forma natural en el cuerpo humano y también ingerirse en la dieta. Si bien suelen desecharse en la orina, los pacientes diabéticos con problemas de riñón (una de las complicaciones más recurrentes), tienen más dificultad para eliminarlos.

Detoxificación

Precisamente, el estudio, realizado por el grupo de Nutrigenómica y Síndrome metabólico del Imibic, ha analizado los niveles de estos compuestos perjudiciales en más de medio millar de diabéticos, comparando, a lo largo de cinco años, cómo afectan al organismo dos tipos de dietas saludables: la mediterránea y otro régimen bajo en grasas y con mayor aporte de carbohidratos. Según los resultados, los pacientes que durante esos años habían ingerido una dieta mediterránea presentaban en sangre unos niveles más bajos de estos compuestos perjudiciales. «Hemos podido comprobar que este menú activa mejor el proceso de detoxificación, es decir, el mecanismo por el cual el organismo elimina estas sustancias nocivas», afirma Francisco Miguel Gutiérrez, otro de los autores del estudio.

Aunque la relación entre estos compuestos y la enfermedad renal es conocida, es la primera vez que se comprueba «cómo un patrón dietético definido puede amortiguar el deterioro de la función del riñón en pacientes diabéticos», afirma la investigadora Elena Yubero. La dieta mediterránea, por tanto, «podría ser una estrategia eficaz para el manejo de estas sustancias», añade.

A pesar de que el concepto de dieta mediterránea se ha desvirtuado con el paso de los años, «viene bien recordar que se basa en la ingesta abundante de alimentos de origen vegetal (legumbres, verduras, frutas y frutos secos), con presencia de cereales integrales, lácteos (sobre todo queso y yogur), consumo de pescado, huevo y carne blanca como fuentes de proteína animal (menor consumo de carne roja), todo ello aderezado con aceite de oliva como grasa de elección; evitando los procesados y los dulces», recuerda Mónica Pérez, miembro del Consejo General de colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (Cgcodn).

Las razones por las que este patrón es beneficioso para la salud son múltiples. Más allá de la capacidad antioxidante del aceite de oliva virgen extra, la forma de cocinar también es clave. Por ejemplo, los alimentos que se cocinan con temperaturas elevadas por cortos periodos de tiempo «contienen una cantidad más alta de estas sustancias perjudiciales que otras técnicas de cocinado propias de la dieta mediterránea que requieren mayor tiempo de cocción y son más amables con los alimentos», destaca Yubero.

Grasas saludables

Además, «al ser una dieta rica en alimentos de origen vegetal, estas proteínas tienen menor impacto en la función renal, mientras que las grasas saludables poseen un papel protector y antiinflamatorio. También es rica en fibra y antioxidantes, y todo ello contribuye al beneficio cardiovascular, directamente relacionado con la función renal, por ejemplo favoreciendo un mejor control de la tensión arterial y el perfil lipídico (colesterol, triglicéridos, etc.), así como retrasar la aparición de diabetes tipo 2», detalla Pérez.

En cuanto a la función renal, María Lara Prohens, también miembro del Cgcodn, insiste en que «lo importante es seguir una alimentación que sea equilibrada y variada, no abusar de las proteínas de origen animal y huir de dietas pobres en hidratos de carbono. En general, lo más adecuado es optar por la dieta mediterránea, porque se ha visto que es protectora frente a recaídas de litiasis».