Alimentación
Así reduce la mortalidad la dieta mediterránea si eres mayor de 65 años
El índice de la dieta mediterránea se asocia inversamente con todas las causas de mortalidad en un nuevo estudio internacional con sello español
Las bondades de la dieta mediterránea son bien conocidas. Incluso también frente a la pandemia, ya que se ha demostrado que la dieta mediterránea reduce el riesgo de Covid-19 un 64%. Pues bien, ahora existen más argumentos para defender a capa y espada nuestro menú más tradicional, ya que una adherencia mayor a la dieta mediterránea se asocia con una menor mortalidad en adultos de más de 65 años. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio con sello español en el que se ha utilizado un índice elaborado con biomarcadores durante un seguimiento científico de dos décadas.
Así, el trabajo, publicado en la revista «BMC Medicine» y que se ha llevado a cabo en colaboración con el Instituto Nacional de Envejecimiento (NIA) de Estados Unidos, concluye que el análisis de biomarcadores dietéticos en plasma y orina puede contribuir al asesoramiento individualizado en materia de alimentación en personas mayores.
El proyecto ha sido liderado por Cristina Andrés-Lacueva, catedrática de la Universidad de Barcelona y jefa del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Barcelona (UB) y del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento (CIBERFES), que también está integrado en la Red de Innovación Alimentaria de Cataluña (XIA). El estudio tiene como base el proyecto InCHIANTI, desplegado en la región italiana de la Toscana, un trabajo que ha seguido durante 20 años a un total de 642 participantes (el 56% de ellos, mujeres) de 65 años o más y que ha permitido obtener datos completos sobre biomarcadores alimentarios.
Tal y como explica Cristina Andrés-Lacueva, jefa del grupo del CIBERFES, se ha desarrollado «un índice de biomarcadores dietéticos basado en grupos de alimentos que forman parte de la dieta mediterránea, a partir del cual se evalúa su asociación con la mortalidad». En el trabajo, se eligieron los niveles de referencia de los siguientes biomarcadores dietéticos determinados en orina: polifenoles totales y metabolitos de resveratrol (provenientes de la ingesta de uva) y presentes en plasma, carotenoides plasmáticos, selenio, vitamina B12, ácidos grasos y su proporción de monoinsaturados y saturados. Mediante un modelo predictivo, se evaluaron las asociaciones con la mortalidad del índice de la dieta mediterránea y el cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos (FFQ) validado.
Durante los 20 años de seguimiento, se produjeron 425 muertes (de las cuales, 139 por enfermedades cardiovasculares y 89 por causas relacionadas con el cáncer). Una vez analizados los modelos, la puntuación de la dieta mediterránea mediante biomarcadores se asoció inversamente con todas las causas de defunción. Este estudio destaca por el uso de biomarcadores dietéticos para mejorar la evaluación nutricional y guiar el asesoramiento personalizado en edades avanzadas. El investigador del CIBERFES en la UB Tomás Meroño, coprimer firmante del estudio, explica que, gracias a este estudio «constatamos que una adherencia a la dieta mediterránea evaluada por un panel de biomarcadores dietéticos se asocia inversamente con la mortalidad a largo plazo en las personas mayores, lo que apoya el uso de estos indicadores en evaluaciones de seguimiento prolongado para observar los beneficios para la salud asociados a la dieta mediterránea».
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