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¿Cada cuánto se deben cambiar las sábanas? Un dermatólogo da la respuesta en contra de lo que muchos creen
El hábito de cambiar la ropa de cama es una de esas tareas domésticas que a menudo se posterga, pero la ciencia dermatológica alerta: es una cuestión de salud crucial

Pocas sensaciones igualan al placer de deslizarse entre unas sábanas recién lavadas después de un día largo en el que uno acaba cansado. Sin embargo, la frecuencia con la que disfrutamos de ese pequeño lujo varía enormemente de un hogar a otro, a menudo guiada más por la costumbre o la pereza que por una recomendación experta. Mientras algunos consideran que un cambio quincenal es suficiente, otros no perdonan el ritual semanal. La pregunta flota en el aire de miles de dormitorios: ¿existe una frecuencia ideal? La respuesta, según los dermatólogos, es un sí rotundo, y es probable que sea más exigente de lo que la mayoría piensa.
La cama puede ser en realidad un ecosistema bullente de vida microscópica. Lejos de ser un espacio inerte, se convierte noche tras noche en un depósito de todo lo que nuestro cuerpo desprende. Hablamos de una mezcla invisible pero potente de sudor, sebo, saliva y, sobre todo, células muertas de la piel. Según la Academia Americana de Dermatología, una persona puede desprender entre 30.000 y 40.000 de estas células, llamadas queratinocitos, cada día, muchas de las cuales acaban entretejidas en nuestras sábanas.
El festín invisible que amenaza nuestra piel
Esta acumulación de materia orgánica no es inocua. Se convierte en el alimento perfecto para los ácaros del polvo, unos arácnidos microscópicos cuyos desechos son uno de los alérgenos más comunes en interiores, capaces de desencadenar o agravar episodios de asma, rinitis y eccemas.
Es en este punto donde la dermatología lanza una advertencia clara. Tal y como señalan los especialistas, el contacto prolongado con este cóctel de bacterias y hongos puede tener consecuencias directas sobre la salud cutánea. "Estar en contacto con esta cantidad de residuos puede afectar a las bacterias saludables que viven en la piel, llamado microbioma", explica la doctora Katherine Calderón. Esto puede traducirse en un empeoramiento de patologías como el acné, la rosácea o la dermatitis atópica, además de favorecer la aparición de infecciones fúngicas o bacterianas como la foliculitis.
¿Cada cuánto se deben cambiar las sábanas?
Frente a la creencia popular de que cambiar las sábanas cada dos semanas o incluso una vez al mes es suficiente, el consenso entre los expertos es unánime y contundente. Dermatólogos y microbiólogos recomiendan cambiar y lavar la ropa de cama al menos una vez por semana. Esta frecuencia se considera el mínimo indispensable para mantener a raya la proliferación de ácaros y la acumulación bacteriana.
Esta recomendación, sin embargo, no es una ley universal y debe adaptarse a ciertas circunstancias. Si se suda mucho por la noche, o se tienen secreciones, sería conveniente lavarlas más frecuentemente, precisa el doctor Javier García Martínez, jefe del Servicio de Dermatología del Centro Médico Ruber Internacional.
Durante los meses de verano, o si se duerme con mascotas en la cama, que añaden sus propios microorganismos, pelo y alérgenos, o si se está atravesando una enfermedad infecciosa, la frecuenciadebería aumentar a cada dos o tres días.
Para que la higiene sea completa, no basta con cambiar las sábanas; el lavado es igualmente crucial. Los expertos aconsejan utilizar un programa con agua caliente, a una temperatura de al menos 60 ºC, ya que es la única forma de garantizar la eliminación total de bacterias y ácaros.
La renovación semanal de la ropa de cama no debe verse como una mera tarea doméstica opcional, sino como un pilar fundamental de la higiene personal y la salud dermatológica. Es un gesto sencillo, un pequeño ritual que previene la exposición a un universo de alérgenos y patógenos que, aunque invisibles, tienen un impacto real en nuestro bienestar. Dormir limpio es, en esencia, dormir más sano.
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