
Bienestar
Un centro de bienestar para envolverse en oro liquido
Elaiwa Spa, el espacio de salud de La Caminera Club de Campo donde el aceite de oliva logra trascender de la cocina al universo del cuidado personal

Pocas veces un producto tan cotidiano como el aceite de oliva logra trascender de la cocina al universo del bienestar y la belleza con tanta elegancia como lo hace en Elaiwa Spa, el espacio de salud de La Caminera Club de Campo. Nuestro «oro líquido», que durante siglos ha nutrido la dieta mediterránea, demuestra que sus componentes también son una vitamina para la piel, el cuerpo y la mente, gracias a sus antioxidantes. Estos previenen el envejecimiento prematuro, sus ácidos grasos esenciales hidratan y regeneran en profundidad, y su delicado aroma nos conecta con la tierra, recordándonos que la belleza más auténtica siempre tiene raíz natural.
Este moderno spa está ubicado dentro de la Caminera Club de Campo, un moderno hotel en pleno corazón de Ciudad Real. Elaiwa Spa, cuyo nombre proviene del término griego para «aceituna», no es un spa más: es un homenaje al paisaje que lo rodea (mil hectáreas de olivos). Aquí, cada tratamiento es toda una experiencia sensorial, que comienza con un gesto casi ritual: la cata de aceites arbequina, picual o cornicabra. Como si de un sumiller se tratara, el huésped elige el aceite que definirá su masaje personalizado, un detalle que convierte la terapia en un viaje íntimo y exclusivo.
La propuesta es tan innovadora como coherente. El aceite no solo hidrata y revitaliza, sino que refuerza la identidad cultural de La Mancha, trasladando al huésped la esencia misma del territorio. Ritual tras ritual, el spa rescata elementos de la tradición olivarera: desde exfoliaciones con hueso de aceituna, capaz de purificar y absorber impurezas, hasta envolturas corporales que regeneran la piel y alivian tensiones. Experiencias como El Vareo, La Almazara o La Criba no son simples tratamientos estéticos: son auténticos encuentros con el cuerpo, el descanso y la memoria colectiva de una tierra que respira olivos.
Pero lo más fascinante es cómo Elaiwa Spa logra que el aceite de oliva trascienda su función cosmética y se convierta en vehículo de serenidad. Cada masaje, cada aroma, cada textura conduce a una sensación de equilibrio, como si la naturaleza misma encontrara un lenguaje para reconciliarnos con el ritmo interior. En un mundo en el que el bienestar se persigue con fórmulas cada vez más sofisticadas, regresar a un ingrediente tan simple y ancestral nos recuerda que la verdadera innovación está, muchas veces, en volver al origen.
La Caminera Club de Campo ha sabido transformar su entorno en un concepto de lujo con alma: suites diseñadas para el descanso, gastronomía de autor con el sello de Javier Aranda, un campo de golf profesional, e incluso un aeródromo propio. Sin embargo, su propuesta más reveladora sigue siendo la de Elaiwa Spa. Allí, la experiencia del aceite de oliva no se limita a la piel: cala en la memoria sensorial y nos reconcilia con la idea de que cuidarse también es conectarse con lo esencial.
En definitiva, sumergirse en este spa es envolverse en la magia del oro líquido, ese tesoro mediterráneo que no solo alimenta, sino que embellece, regenera y serena. Una invitación a detenerse, a respirar y a descubrir que, entre olivos y rituales, el bienestar tiene sabor y textura manchega.

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