Verano

Claudia Vega, farmacéutica: “No deberías llevar estas comidas cuando estés en la playa”

El clásico táper con ciertos alimentos es un riesgo para la salud en un día de playa, y esta experta explica por qué deberíamos dejarlo en casa

Claudia Vega, farmacéutica: “No deberías llevar estas comidas cuando estés en la playa”
Claudia Vega, farmacéutica: “No deberías llevar estas comidas cuando estés en la playa”Freepik | TikTok (claudialvega)

En pleno agosto y con gran parte de la población española de camino a las playas, una de las costumbres en estos destinos es preparar la nevera portátil para pasar el día en la playa. Sin embargo, lo que parece un plan idílico puede convertirse en una pesadilla gastrointestinal. La farmacéutica Claudia Vega ha publicado en redes sociales una advertencia sobre los peligros de consumir ciertos platos bajo el sol.

Sus consejos, lejos de ser meras opiniones, se alinean con las recomendaciones de expertos en seguridad alimentaria, quienes alertan de que las altas temperaturas son el caldo de cultivo perfecto para bacterias peligrosas.

Tortilla y ensaladilla: el peligro del huevo poco cuajado

Dos de los platos estrella que Claudia pone en el punto de mira son la tortilla de patatas y la ensaladilla rusa. El denominador común y principal factor de riesgo es el huevo. “Tortilla poco hecha, porque el huevo al no estar cuajado del todo incrementa el riesgo de sufrir salmonelosis”, explica la farmacéutica. La Salmonella es una de las bacterias responsables de la mayoría de las intoxicaciones alimentarias en verano. Para que sea segura, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda cuajarla bien, asegurando que alcance una temperatura interna de al menos 70ºC para eliminar cualquier bacteria.

El mismo peligro acecha en la ensaladilla rusa. “¿Por qué? Porque lleva mayonesa y la mayonesa que lleva huevo, entonces también tienes peligro de sufrir salmonela”, señala Claudia. Las salsas caseras a base de huevo crudo son especialmente delicadas. El calor de la playa acelera la proliferación bacteriana, por lo que la recomendación es clara: o se opta por versiones sin mayonesa o se utilizan mayonesas industriales, cuyo proceso de elaboración ofrece mayores garantías de seguridad.

Pescados crudos: el riesgo invisible del anisakis

Aunque pueda parecer una opción menos común, Claudia también desaconseja llevar a la playa pescados o mariscos crudos como el sushi, el ceviche o las ostras. En este caso, el enemigo no es una bacteria, sino un parásito: el anisakis. Este gusano, presente en el pescado, puede provocar desde trastornos digestivos severos hasta reacciones alérgicas graves.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es muy clara en sus directrices: para consumir pescado crudo de forma segura, este debe ser congelado previamente a una temperatura de -20º C durante al menos cinco días. Un día de playa, con una nevera portátil como único medio de refrigeración, no garantiza las condiciones para mantener a raya a este parásito.

El sorprendente caso del pollo empanado

Quizás la advertencia más sorprendente de la farmacéutica es la que recae sobre uno de los platos más populares de los picnics playeros: el pollo empanado. "Ya sé que es muy típico llevar a la playa tu pollito empanado, pero tampoco es muy buen amigo del calor excesivo", comenta. El problema, según explican expertos en nutrición, reside en que el empanado puede actuar como una esponja, reteniendo la humedad. Esa combinación de humedad y calor convierte al filete en un entorno ideal para la proliferación de microorganismos como la Listeria o la propia Salmonella.

Para minimizar riesgos, es crucial que los filetes estén muy bien cocinados y se mantengan refrigerados hasta su consumo.

Disfrutar de una comida casera en la playa es posible, pero requiere una planificación cuidadosa. Ante la duda, es preferible optar por alimentos que soportan mejor el calor, como frutas enteras, bocadillos de embutidos curados o frutos secos. Como concluyen los profesionales sanitarios, la prevención y una correcta elección de los alimentos son clave para que un día de playa no termine en una visita a urgencias.