Cambios hormonales
El impacto del otoño en la sexualidad masculina: aumento de la testosterona y la libido
Los cambios estacionales pueden tener un impacto en nuestro cuerpo, causando alteraciones en los niveles hormonales
La llegada del otoño no solo trae consigo los tonos ocres, pardos y anaranjados, también provoca bajada de temperaturas, el aumento de la humedad en el ambiente y la disminución de la presión atmosférica. Curiosamente, todos estos cambios estacionales también tienen su reflejo en nuestro organismo.
Posiblemente el cambio más conocido de estos sea la "astenia otoñal", que es una sensación de cansancio, fatiga y falta de energía que muchas personas experimentan durante esta temporada. Esto se produce debido a un aumento en los niveles de melatonina en nuestro organismo, derivado a su vez de la disminución de las horas de luz. Otro elemento que también podría favorecer la “astenia otoñal” y afectar a nuestro estado anímico es la deficiencia de vitamina D, también derivada de una menor exposición al Sol.
Sin embargo, hay otro cambio hormonal que ocurre en el otoño y que no es tan conocido: el aumento de la testosterona y la libido:
Los cambios hormonales de los hombres
Como el lector ya conocerá, la testosterona es una hormona que afecta notablemente al desarrollo muscular, a la función sexual y al estado de ánimo de los hombres. Lo que posiblemente no sepa es que los hombres también tienen sus propios ciclos hormonales. Y de la misma forma que los niveles de estrógenos y progesterona fluctúan en función de los ciclos menstruales en el caso de ellas, los ciclos hormonales masculinos están marcados por las fluctuaciones en la producción de testosterona.
Investigadores de la Universidad Simon Fraser University observaron las fluctuaciones en los niveles de testosterona a lo largo del año y encontraron que aumentan significativamente durante los meses de otoño. Como decíamos antes, esto puede tener un impacto importante en nuestra salud física y mental… y, sobre todo, en nuestra libido.
Y al parecer, el aumento en los niveles de testosterona no es el único imperativo biológico que parece “empujarnos” en esa dirección. Según afirma la Division of Reproductive Health Center, la concentración de espermatozoides es más alta durante esta estación. Y, además, el flujo sanguíneo hacia el pene también aumenta hasta en un 20% en el otoño.
La teoría más plausible que los expertos han encontrado para explicar este curioso fenómeno es que tenga que ver con un instintivo impulso de preservación. El periodo de gestación humana tiene una duración de aproximada de 9 meses. Así que, concebir en otoño garantizará que el bebé nacerá durante las estaciones más cálidas y con mayor cantidad de horas de luz. Esto tiene un impacto significativo en la producción de vitamina D, lo cual fortalece su sistema inmunológico y, por ende, su supervivencia.
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