
Alimentación
El yogur no protege los huesos como se creía, según un nuevo estudio liderado por CSIC
Un metaanálisis internacional con participación española desmonta la idea de que el yogur previene la osteoporosis. Estas son las claves reales de la salud ósea

Durante años, el yogur se ha considerado un aliado esencial para mantener los huesos fuertes gracias a su contenido en calcio, proteínas y probióticos. Sin embargo, una nueva revisión sistemática realizada por científicos españoles en colaboración con instituciones internacionales, pone en duda su eficacia real: ¿es verdad que el consumo regular de yogur tiene impacto en la densidad ósea? ¿Ayuda a prevenir el riesgo de fracturas en la etapa adulta?
Para responder a estas preguntas, los investigadores analizaron más de 1.300 estudios sobre yogur y salud ósea publicados entre 1970 y 2024. Un amplia revisión de trabajos en la que participaron el Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC) y el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN-CSIC) de Madrid, junto con el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA).
En el metaanálisis también participaron instituciones de Colombia, Turquía, Estonia, Francia, Macedonia del Norte, Serbia, India y Suiza, conformando una de las investigaciones más amplias y colaborativas hasta la fecha sobre el impacto nutricional de los lácteos fermentados.
Tras un extenso cribado, solo 14 estudios previos cumplieron los criterios de calidad científica para ser incluidos en el metaanálisis. ¿La conclusión? No hay evidencia sólida de que el yogur proteja frente a la osteoporosis o las fracturas de huesos. Los resultados se publican en la revista Frontiers in Nutrition.
Qué se sabe hasta ahora sobre el yogur y la salud ósea
El yogur es un alimento fermentado derivado de la leche que contiene bacterias beneficiosas como Lactobacillus delbrueckii y Streptococcus thermophilus. Estas bacterias mejoran la digestión y aportan micronutrientes esenciales como calcio, fósforo, potasio, vitamina B12 y zinc, nutrientes claves para la mineralización ósea.
Por eso, durante décadas se ha asociado el consumo de lácteos fermentados con una mejor salud de los huesos, especialmente en mujeres posmenopáusicas y personas mayores, los grupos más vulnerables a la osteoporosis.
Pero según los autores del nuevo estudio, la relación entre yogur y fortaleza ósea se ha sobreestimado. Aunque el producto contiene nutrientes beneficiosos, su efecto aislado es «mínimo y clínicamente insignificante» cuando se analizan los resultados reales sobre fracturas o densidad mineral ósea.
El estudio: qué analizaron los científicos

Los investigadores compararon a adultos que consumían yogur regularmente con quienes no lo hacían o preferían otros productos lácteos no fermentados. Algunos estudios apuntaban una ligera mejora en la densidad mineral ósea en la cadera o el cuello femoral de las mujeres que comían yogur con frecuencia.
Sin embargo, el metaanálisis global no encontró una relación significativa entre el consumo de yogur y un menor riesgo de fractura. «El efecto positivo sobre la densidad ósea fue estadísticamente pequeño y clínicamente irrelevante», concluyen los autores.
La revisión recuerda que la salud ósea depende de múltiples factores: edad, genética, actividad física, exposición solar, peso corporal y dieta global... Depender solo del yogur como fuente de calcio o vitamina D no garantiza una buena densidad ósea ni protege frente a fracturas. En palabras de los investigadores, «el yogur puede formar parte de una dieta equilibrada, pero no debe considerarse una estrategia preventiva contra la osteoporosis por sí mismo».
Por ahora, la recomendación médica se mantiene en combinar una dieta variada rica en calcio y vitamina D con ejercicio regular, especialmente actividades que fortalezcan los músculos y el esqueleto, como caminar, nadar o el entrenamiento con resistencia.
Por último, los autores insisten en la necesidad de realizar ensayos clínicos controlados con yogures. Esto permitiría saber si ciertos tipos de fermentación o fortificación (por ejemplo, yogures enriquecidos con vitamina D o probióticos específicos) pueden tener efectos reales sobre la salud ósea.
Hasta entonces, los resultados actuales son claros: el yogur no sustituye al tratamiento médico ni a la suplementación en personas con osteopenia u osteoporosis. Su consumo moderado sigue siendo beneficioso como parte de una dieta saludable, pero su papel protector sobre los huesos es limitado.
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