Alimentación

La mala fama de la sal podría estar injustificada

Un nuevo estudio sugiere que restringir el consumo de este condimento puede ser contraproducente para las personas con insuficiencia cardiaca

Es buena la sal o es mala
¿Es buena la sal o es mala?Freepik

En las casas españolas, es muy típico escuchar a los más mayores de la casa atacar el consumo desal en las comidas. Este condimento no goza de muy buena fama. ¿Pero es eso cierto? Eso es lo que trata de averiguar un nuevo estudio presentado en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología. Sobre la sal sabemos que proporciona un sabor característico a nuestras comidas, y en ocasiones también se utiliza para conservar alimentos. Como dato curioso, hemos de destacar que se trata de la única roca conocida comestible por el ser humano.

Cabe destacar que la sal es buena y necesaria para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Por ejemplo, nuestros músculos y nuestro sistema nervioso (cerebro, tálamo, médula, nervios, etcétera) requieren del cloruro de sodio para cumplir con su cometido. Además, el cloro contribuye a la producción de los jugos gástricos y es bueno para el hígado. En conjunto con el sodio y el potasio, ayuda a repartir el agua en nuestro organismo. Igualmente, favorece el transporte del dióxido de carbono en la sangre.

No obstante, la Organización Mundial de la Salud recomienda no pasarse de 5 gramos o 1 cucharadita de sal al día. Un listón que la Asociación Americana del Corazón sitúa todavía más bajo: 2,3 gramos. Además, hay que tener en cuenta de que no solo cuenta la que echamos a los alimentos, sino la que incluyen algunos de ellos en su propia composición. Estos valores se han fijado porque ha quedado demostrado por la evidencia científica que el uso excesivo de sal puede ser malo y conducir a trastornos tempranos en nuestro organismo, especialmente enfermedades cardiovasculares. Y en España se consumen de media 9 gramos del sal al día.

Ahora, aunque quizá parezca contradictorio, una nueva revisión de los estudios sugiere que consumir una cantidad demasiado baja de sal podría ser nocivo para los pacientes con insuficiencia cardiaca. Actualmente, los médicos recomiendan una dieta baja en sodio para reducir la presión arterial y evitar la acumulación de fluidos, que pueden ser síntomas comunes de esta afección. Se desarrolla cuando el músculo cardiaco se debilita tanto, o se vuelve tan rígido, que no puede bombear sangre de forma efectiva al resto del cuerpo.

Pero el nuevo metaanálisis de nueve ensayos aleatorios y controlados encontró que restringir la ingesta de sodio por debajo del estándar recomendado por la Asociación Americana del Corazón, de un máximo de unos 2,3 gramos al día, no conllevó ningún beneficio adicional, y también aumentó el riesgo de muerte.

"Nuestros hallazgos muestran que restringir el sodio de la dieta a menos de la recomendación usual resultaba contraproducente en la gestión de la insuficiencia cardiaca", enfatizó el autor principal del estudio, el doctor Anirudh Palicherla, residente de medicina interna de la Facultad de Medicina de la Universidad de Creighton, en Omaha, Nebraska.

"Limitar el sodio sigue siendo la opción para ayudar a gestionar la insuficiencia cardiaca, pero el nivel de la restricción ha sido tema de debate", comentó Palicherla en un comunicado de prensa. "Este estudio muestra que el foco debería ser establecer un nivel seguro de consumo de sodio, más bien que restringir el sodio en general".

Los nueve ensayos evaluaron distintos niveles de sodio en un total de casi 3.500 personas con insuficiencia cardiaca, e incluyeron datos sobre las tasas de mortalidad y hospitalización. La mayoría de estos ensayos se realizaron entre 2008 y 2022.

Los investigadores encontraron que los pacientes que seguían una dieta con un objetivo de consumo de sodio por debajo de los 2,5 gramos al día tenían un 80% más de probabilidades de morir que los que seguían una dieta con un objetivo de 2,5 gramos o más.

En los estudios más restrictivos, los límites de sodio variaban entre 1,2 y 1,8 gramos de sodio al día. Pero los investigadores no encontraron una tendencia a un aumento en las hospitalizaciones entre los pacientes que seguían las dietas más restrictivas. El número de estudios y el número total de pacientes ofrecieron a los investigadores un nivel alto de confianza en los hallazgos generales, incluso con estas diferencias.

Los diseños de los ensayos clínicos tuvieron una variación significativa, según los autores del estudio, lo que incluyó el uso de distintos métodos para monitorizar el consumo de sodio. Algunos requirieron que los participantes limitaran su consumo de fluidos además de su consumo de sodio, mientras que otros estudio no tuvieron ese requisito.

En el futuro, más investigaciones en este sentido podrían ayudar a clarificar los objetivos óptimos para el sodio en la dieta. También podrían identificar a los subgrupos de pacientes con insuficiencia cardiaca que quizá se beneficiarían de un nivel más alto o más bajo de restricción, según los autores.

Las personas pueden limitar su consumo de sodio al comer más frutas y verduras frescas, y al cocinar con ingredientes básicos, en lugar de usar alimentos y salsas procesados, empaquetados y enlatados. Los investigadores recomiendan preguntar sobre la información nutricional o leer las etiquetas cuando se coma en restaurantes o se compren comidas preparadas. Los hallazgos presentados en reuniones médicas se consideran preliminares hasta que se publican en una revista revisada por profesionales.