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Salud

¿Qué significa que nos falle la memoria y nos olvidemos del nombre de las personas?

Esa sensación de tener algo "en la punta de la lengua" puede resultar frustrante y generar inquietud, pero en la mayoría de los casos tiene una explicación neurocientífica

¿Qué significa que nos falle la memoria y nos olvidemos del nombre de las personas? Freepik

Con el paso de los años, es habitual que nuestras capacidades mentales experimenten cierto declive, lo que puede traducirse en dificultades para recordar nombres, eventos o pequeños detalles del día a día. A veces, estos despistes son inofensivos, como no ubicar un objeto cotidiano, pero en otras ocasiones pueden generar situaciones incómodas, como saludar a alguien y no poder acordarte de su nombre. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Es un indicio de algo más serio o solo un fenómeno común?

Estos lapsos no se limitan exclusivamente a los nombres de las personas. También pueden manifestarse al intentar recordar el nombre de un lugar, el título de un libro o incluso una clave que usamos con regularidad. Esa sensación de tener la palabra "en la punta de la lengua" puede resultar frustrante y generar inquietud, pero en la mayoría de los casos tiene una explicación neurocientífica y forma parte del funcionamiento natural del cerebro. No obstante, hay factores que pueden intensificar estos episodios y que conviene conocer.

Las causas detrás del olvido de nombres

La velocidad de la vida moderna, la constante exposición a la tecnología y el bombardeo de información afectan directamente nuestra capacidad de memoria. Además, el estrés sostenido y la cantidad de estímulos simultáneos dificultan la concentración, lo que explica por qué es cada vez más frecuente olvidar nombres, direcciones o tareas pendientes. Si no estamos plenamente presentes en una conversación o situación, la probabilidad de retener nuevos datos disminuye considerablemente.

En este sentido, expertos en salud mental destacan cómo la dispersión cognitiva puede afectar la memoria. Cuando la mente está dividida entre múltiples pensamientos y preocupaciones, resulta complicado enfocarse y registrar la información de manera efectiva. Esto explica por qué, al estar distraídos o preocupados, tendemos a olvidar detalles básicos, como el nombre de alguien con quien acabamos de conversar.

Otro factor relevante es el fenómeno conocido como anomia, un término empleado en neurociencia para describir la dificultad temporal para recuperar una palabra específica. Esta desconexión momentánea entre el almacenamiento de la información y su acceso consciente puede presentarse en cualquier etapa de la vida y, aunque resulte molesta, no suele ser un indicio de problemas graves.

La doctora María Roca, especialista en neuropsicología, señala que "la anomia es un fenómeno común que puede aparecer incluso en personas jóvenes bajo situaciones de estrés o fatiga. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, no hay motivo para alarmarse". Es decir, estas fallas son parte del funcionamiento natural del cerebro y no necesariamente implican un deterioro cognitivo significativo.

¿Cuándo preocuparse por estos olvidos?

Aunque olvidar nombres de vez en cuando es completamente normal, es importante estar atentos si estos episodios se vuelven cada vez más frecuentes o si afectan el desarrollo de las actividades cotidianas. Cuando los lapsos de memoria se acompañan de desorientación, dificultades para seguir una conversación o confusión generalizada, podría ser el momento de consultar con un especialista.

La memoria puede alterarse por diversos motivos, desde el cansancio y el estrés hasta condiciones médicas más complejas. Por ello, si la preocupación persiste o los olvidos interfieren con la calidad de vida, es recomendable realizar una evaluación profesional para identificar la causa y, si es necesario, adoptar las medidas pertinentes.

Olvidar el nombre de una persona ocasionalmente no debe ser motivo de alarma. Es una experiencia común que, en la mayoría de los casos, se explica por la sobrecarga de información, la falta de atención o el simple paso del tiempo. Mantener hábitos saludables, descansar lo suficiente y reducir el estrés son estrategias clave para cuidar la memoria y el bienestar general.