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Cáncer de Mama: "Tuve que abortar estando de tres meses para recibir la quimio. Hoy, con mis mellizas, soy afortunada al 200%"

El diagnóstico de cáncer durante el embarazo es poco frecuente. No tiene por qué suponer su interrupción, aunque en ocasiones, sobre todo en el primer trimestre, sí. Es lo que le pasó a Sandra Zamora, que después volvió a quedarse en estado

Sandra, paciente de cáncer de mama con sus dos hijas mellizas
Sandra, paciente de cáncer de mama con sus dos hijasGonzalo PérezLa Razón

Cuando Sandra Zamora estaba embarazada de tres meses le dieron el terrible diagnóstico. Tenía cáncer de mama. «El triple negativo», que es de rápido desarrollo.

«Fue todo corriendo. La oncóloga me dijo que tenía que abortar porque al estar de solo tres meses no podía seguir un tratamiento de quimioterapia».

«Tampoco hubo tiempo para poder congelar los óvulos porque tenía que esperar a la primera menstruación y había que empezar el tratamiento cuanto antes. Estaba en estadio IV y tenía un tumor de seis centímetros. En ningún momento pensé en no abortar porque podíamos morir tanto el bebé como yo», explica Zamora.

Se lo detectó ella. Estaba viendo la televisión «y recuerdo a Terelu hablando de la importancia de autoexplorarse. Lo hice y me noté un bulto en la mama derecha. Fui al médico y me dieron el diagnóstico, era julio de 2012. Estuve tres meses recibiendo quimio semanalmente. El primer día estaba con mi madre y no eché ni una lágrima por ella, pero por dentro sentía un dolor... En diciembre, me operaron. Por suerte, el ganglio centinela no estaba afectado. Y el bulto de 6 centímetros había desaparecido con la quimio. Luego me dieron cuatro ciclos más y radioterapia».

Pese a lo duro del proceso, Sandra seguía queriendo ser madre y preguntó a su oncóloga, la doctora Isabel Calvo, de MD Anderson Cancer Center Madrid, que «me dijo que tenía que esperar unos años, cinco, para que se eliminara del todo la quimio». Pero las posibilidades en su caso de quedarse en estado «eran nulas», relata.

«Me hicieron analíticas y otras pruebas y mi oncóloga me dijo que tenía muy pocas probabilidades. Así que pasado el tiempo me fui a una clínica de reproducción asistida y me quedé embarazada de nuevo por ovodonación con esperma de mi marido».

Hoy, Sandra es madre de unas mellizas de cuatro años. «Tuve suerte. Me quedé al instante», dice con la alegría que le caracteriza. «Soy muy positiva, pienso que siempre hay opciones. Sabía que iba a ser madre».

Esa alegría no quita el terrible momento por el que pasó. «Una de las cosas que más me dolieron es que estando de vacaciones, justo cinco días antes de que me dijeran que tenía cáncer de mama, me hice la prueba de embarazo y había llamado toda ilusionada a mi familia para contárselo. Decía hacia fuera que la prueba de cáncer iba a ser negativa, pero soñaba con que era cáncer. Pasé de unos días maravillosos a lo contrario», recuerda.

«Y encima, como estaba de vacaciones, fue mi madre al hospital a recoger los resultados. Al verlos y sabiendo que estaba su hija embarazada... tuvo que quedarse un buen rato sentada», explica emocionada.

«Cuando ya pudo hablar me llamó y me dijo que tenía que volver a Madrid porque me iban a repetir unas pruebas, es lo que se le ocurrió para que no me preocupara», añade.

Hoy, Sandra es madre de unas niñas «que son mi vida». «Nacieron en la semana 36. Previamente, me tuvieron ingresada un mes por preeclampsia, tenía la tensión muy alta. Y como nacieron con 1,400 y 1,700 estuvieron en la incubadora hasta que llegaron a los dos kilos. Después estuvo viniendo a mi casa una enfermera del Hospital La Paz para revisarlas», recuerda.

«Es un sueño total después de todo lo que ha pasado. Me siento completa y afortunada al 200%», asegura.

También tuvo suerte en el aspecto laboral, ya que desde septiembre de 2021 trabaja en el Colegio Miramadrid, en Paracuellos de Jarama. No es muy habitual que te contraten tras un diagnóstico de cáncer, como suelen denunciar desde hace años las asociaciones de pacientes.