Alimentación
El "engaño" de las calorías: engordarás más si consumes frutos secos de esta forma
No solo es importante el qué comer, sino el cómo. Y es que hay una manera de tomar cacahuetes o pistachos que hace que se coja más peso
El cómico Luis Piedrahíta planteaba la absurda incógnita de "¿Si un cacahuete está en una piscina, sigue siendo un fruto seco?", aunque lo cierto es que nos ayuda a introducir un debate científico real y contraintuitivo que mucha gente desconoce y sirve para perder peso de forma más fácil.
De la misma manera, parecería una pregunta bastante estúpida plantear si un fruto seco engorda más dependiendo de si lo comemos crudo, tostado o en crema, pero lo cierto es que sí que influye en la dieta, y mucho.
Beneficios para la salud de los frutos secos
Esta clase de alimentos se han consumido y almacenado desde hace milenios por el ser humano precisamente porque son mucho más duraderos que las frutas ya que, como su propio nombre indica, contienen una cantidad de agua ínfima en comparación.
Los frutos secos están cargados de nutrientes esenciales, y son una gran fuente de hierro, potasio, magnesio o ácido fólico, entre otros. Una buena dieta equilibrada debe ir más allá de las frutas y verduras e incluir esta clase de alimento como complemento habitual.
Se sabe que especialmente las nueces, además de otros frutos secos, pueden ayudar a un mejor funcionamiento del cerebro y a desarrollar una memoria más funcional. Aunque haya "mucho ruido", es más que recomendable comer todos los días unas "pocas nueces",
Además, la mayoría de estos frutos tienen grandes cantidades de antioxidantes naturales, que ayudan y fortalecen el sistema inmunológico del organismo, haciéndolo más resistente a enfermedades a la par que acelerando su recuperación.
Los frutos secos constituyen una rica fuente de fibras, tanto solubles como insolubles. Esta fibra contribuye a mantener un sistema digestivo mucho más sano, ayudando a la digestión y acelerando el funcionamiento del intestino. Algunos, como las almendras, también tienen propiedades ligeramente laxantes.
¿Un cacahuete en una piscina, sigue siendo...?
Antes de seguir con ese interesante tema de dietética, hemos de dar un toque de desilusión: un cacahuete nunca fue un fruto seco. Resulta que está dentro de la familia de las legumbres, por lo que está más cerca de una lenteja de que una almendra.
Igualmente, los quicos o "maicitos" también son equivocados normalmente como frutos secos, cuando en realidad son maíz tostado, es decir, cereales. Al incluirse muchas veces dentro de los "revueltos" de frutos secos se suelen confundir, pero no tienen nada que ver con ellos, ni física ni químicamente.
Truco para la dieta: en crema engordan más que en crudo
Aunque puede resultar contraintuitivo, resulta que la forma en la que se consumen los frutos secos sí que influye en el número de calorías. No por ningún capricho existencialista del destino, sino porque nuestro cuerpo no es un máquina perfecta que aproveche al máximo cada gramo de alimento.
El alimento en sí tiene las mismas propiedades, pero dependiendo de si se encuentra crudo, tostado o en crema el sistema digestivo será capaz de extraer de cada alimento más o menos fibra y calorías.
En el caso de los frutos secos, si se está siguiendo una dieta de pérdida de peso, lo ideal sería consumirlos en crudo, ya que de esta manera podemos sacar de ellos más fibras y menos calorías, ideal si se busca bajar unos kilos.
Sin embargo, si lo que se busca en obtener más energía y calorías, lo mejor sería tomarlos en crema, uno de los motivos por lo que deportistas y culturistas lo consumen de esta forma, ya que lo que ellos priman es el aporte calórico.
Así lo ha explicado la divulgadora científica e "influencer" Marián García (@boticariagarcia) en un vídeo que ha compartido recientemente a través de su cuenta de Instagram. Según contaba esta farmacéutica, "no todas las calorías cuentan igual, a pesar de lo que diga nuestra amiga la etiqueta".
La influencer ponía el acertado ejemplo de las almendras ya que, al ser tomadas en crudo, según asegura, "nuestro cuerpo solo es capaz de extraer dos tercios de sus calorías", mientras que en forma de crema o mantequilla seríamos capaces de aprovechar al máximo su aporte calórico.
Aún así, esta experta abogaba por "no vivir contando las calorías", sino que apostar por "elegir buenos hábitos" y tener claro que "no solo es importante qué comemos sino cómo lo comemos".
Dependiendo de lo que se busque en cada momento, se puede optar por consumir los frutos secos enteros o en cremas, acorde con las necesidades particulares. Lo fundamental es mantener una "alimentación consciente", es decir, racional, sin agobiarse, pero con conocimiento de causa.
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